Principios / Marta Yolanda Díaz-Durán A.

1.28.2013

Empresarios contra mercantilistas




Una de las batallas humanas más importante, clave para el progreso de todos, es la batalla entre los creadores y los saqueadores, la cual nos toca pelear permanentemente. Este enfrentamiento se remonta al inicio del tiempo del homo sapiens, miles de años atrás cuando los creadores originales se toparon con los saqueadores ancestrales. Cuando nuestros antepasados descubrieron la razón: la facultad que nos permite identificar la realidad. El tiempo en el cual un grupo de cromañones decidieron convivir para alcanzar sus objetivos. Los creadores, ocupados trabajando y produciendo con el propósito de vivir mejor. Los saqueadores, al acecho de los creadores para quitarles a la fuerza lo que es legítimamente de ellos.

Gracias al esfuerzo y la mente de quienes crean bienes y servicios valorados por otros en todos los campos de la vida humana (empresarial, artístico, académico, filosófico, social…), el hombre como especie ha logrado progresar, a pesar de la carga que representan los parásitos y los antisociales que utilizan la violencia para apoderarse de lo que es de los demás o impedir el desarrollo de otros por simple envidia y un complejo de inferioridad generalmente oculto bajo un manto de arrogancia seudointelectual.

Dentro de este contexto, el enfrentamiento que decide el futuro de todos se da entre empresarios y mercantilistas, injustamente confundidos por muchos que no conocen la diferencia entre unos y otros. Una confusión conceptual que solo favorece a aquellos que viven a costillas de los demás. Los empresarios, a diferencia de los mercantilistas, han creado riqueza a partir de su propio ingenio, esfuerzo y riesgo, compitiendo con otros SIN PRIVILEGIOS, como es el caso de los mercantilistas. La pregunta clave para entender la diferencia es: ¿hiciste tu fortuna por medio del fraude? Si la respuesta es "NO", entonces SÍ eres un empresario. De lo contrario, eres solo un saqueador más.

Los mercantilistas acumulan fortuna, como lo hacen los gobernantes, expoliando a quienes trabajan y crean. Los mercantilistas lo hacen por medio de privilegios que buscan, entre otras cosas, eliminar la competencia. También lo hacen negociando con los gobernantes, dividiéndose con quienes ejercen el poder el dinero recaudado por medio del sistema impositivo. Es por eso que los políticos buscan convencer a los ciudadanos que el abstracto Estado les va a proveer todo aquello que necesiten en la vida: salud, educación, recreación, seguro de desempleo (les pagan por no trabajar)… y todo lo que les permita convencer al votante para llegar al ejercicio del poder. Es así como surge el matrimonio indisoluble entre el Estado Benefactor y el Mercantilismo.

Hoy en Guatemala, la batalla entre los empresarios y los mercantilistas es evidente. Apoyemos a los empresarios. Que prevalezcan nuestros derechos individuales que son protegidos por la Constitución, y no la ambición de los corruptos que nos gobiernan y sus socios mercantilistas.


Artículo publicado en el diario guatemalteco “Siglo Veintiuno”, el lunes 28 de enero de 2013.

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