Ni es el nombre de una película de ficción ni el título de
una novela de misterio. Las piñatas
fantasmas no son otra cosa más que el resultado de los estados de excepción
que solo sirven para facilitar la corrupción de quienes ejercen el poder y de sus
aliados. Personas concretas que de espectros no tienen nada, pero que asustan
más que la Siguanaba un viernes a medianoche. Más aún ¡cuánta cólera e
indignación inspiran! cuando deciden cómo gastar
el dinero que nos han expoliado, el que tanto nos ha costado ganar.
El gobierno ha gastado por lo menos Q691 millones amparado
por el Estado de Calamidad. De las compras que más han llamado la atención, en
mi opinión, sobresalen tres. Dos de estas, una vez expuestas, fueron anuladas. Pero
no hay que olvidar que intentaron hacer tales compras y si no se hubiera conocido
su intención de hacerlas, el robo se hubiera consumado.
La primera de estas compras
cuestionadas, responsabilidad del Ministerio de Agricultura, fue la adquisición
de 297 mil 612 latas de sardina a un costo de Q17 cada una, para un total de Q5.6
millones. La segunda, fue la compra por
la Municipalidad de Escuintla de materiales para la construcción de una cancha
con grama sintética a un costo de Q260 mil. Ambas fueron anuladas después de
que fueron hechas públicas.
La tercera de estas, la cual no conozco su estado actual
porque recién fue denunciada, es la compra por excepción por parte del Fondo de
Desarrollo Social (Fodes) de Q18.7 millones en materiales de construcción supuestamente
para reparar daños en viviendas afectadas por la erupción del Volcán de Fuego.
De acuerdo a una investigación de elPeriódico, la Conred confirmó que no
existen tales viviendas “dañadas”. Adicionalmente, encontraron que los
materiales fueron comprados un promedio de 20 por ciento arriba del precio de
mercado a mayoristas.
Estos son solo algunos ejemplos más de cómo los estados de
excepción son utilizados para hacer compras dudosas,
tanto por su monto como por su destino. Y eso que no he mencionado las serias
dudas que hay en lo que respecta a las reparaciones de la Ruta RN-14. De allí
la importancia de no aprobar estos estados,
independientemente de la emergencia, si no existen buenos mecanismos de
control. Por supuesto, estos ejemplos también sirven para contradecir al
presidente Jimmy Morales, quien declaró en el XI Congreso Nacional de Turismo
que ellos son los abanderados de la lucha contra la corrupción.
El Estado de Calamidad fue renovado por el Ejecutivo, pero
no fue ratificado por el Congreso. Sin embargo, tampoco fue rechazado, lo que
puede servir de excusa para que sigan gastando casi sin límites el dinero, como
lo hicieron durante el gobierno del Patriota con la excusa del terremoto de San
Marcos. La Contraloría General de Cuentas tiene la obligación de investigar de
oficio todos los gastos hechos por el gobierno, aunque tal fiscalización
“irrite” al Presidente y a sus funcionarios. En especial, se deben auditar los
gastos que se hacen por medio de los estados de excepción, de lo contrario,
continuará la piñata.
Artículo publicado en el diario guatemalteco “El Siglo”, el
lunes 16 de julio de 2018.
Etiquetas: Congreso, corrupción, erupción, Estado de calamidad, Fuego, Ludwig von Mises, Volcán
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home