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Los gobernantes de EE.UU. buscan desesperadamente las nuevas drogas a prohibir, al ver cómo avanza
la descriminalización de la producción, la distribución y el consumo de las
sustancias que hoy están prohibidas, gracias a las elecciones de los ciudadanos
y la legislación de los Estados obligados por los primeros a eliminar esas
restricciones a su libertad. Prohibiciones que esperan con ansiedad aquellos
que felices van a suplir su demanda en el mercado estadounidense.
En los años veinte del siglo pasado, la droga prohibida fue el alcohol. Y es en esa prohibición donde se
encuentra el origen de las fortunas de muchos gringos que ahora mantienen sus ingresos
con la prohibición de la mariguana, la cocaína, la heroína…, asociados con narcos mexicanos, guatemaltecos,
colombianos…. Pero como estas prohibiciones están en vías de extinción, ya encontraron en las personas que sueñan con
vivir en Estados Unidos un nuevo medio para mantener el crecimiento de sus haciendas. Gente que está dispuesta a
pagar lo que pidan y pasar por cualquier cantidad de peligros, violaciones y
abusos, con tal de llegar a su destino final. Así de terrible es la alternativa
que tienen: quedarse en su tierra. Y entre más difícil sea el proceso de
inmigración, más alto será el precio que tendrán que pagar y mayor la ganancia
de quienes los van a ayudar.
Si hay individuos que libremente deciden consumir las
sustancias prohibidas por el gobierno de EE.UU., no es responsabilidad de los
gobernantes de ese país ni de ningún otro país reducirlo y, menos, evitarlo.
Con sus buenas intenciones lo único
que logran es agravar el problema. Lo mismo sucede con el caso de los
inmigrantes. No importa cuán difícil sea llegar a EE.UU. y cuánto les cobren
los coyotes, seguirán emigrando,
porque el motivo que los lleva a tomar esa decisión se encuentra en los países
en los cuales nacieron.
¿Cómo terminar con la crisis
migratoria? Terminando con la crisis
económica que la provocó. ¿Cómo terminar con la crisis económica? Eliminando todos los obstáculos a la creación de
riqueza. ¿Cómo terminar con los obstáculos a la creación de riqueza? Eliminando
toda la legislación arbitraria, discrecional y violatoria de los derechos
individuales. ¿Cómo acabar con la legislación positivista y antojadiza?
Reduciendo el ejercicio del poder. ¿Cómo reducir el ejercicio del poder?
Cambiando el sistema de incentivos perversos vigente.
¿Cómo cambiar el sistema de incentivos perversos vigente?
Reconociendo que el estatismo y el intervencionismo promovido por el sistema
benefactor/mercantilista es contrario a la naturaleza del gobierno. ¿Cómo reconocerlo?
Aclarándonos las ideas. ¿Cómo nos aclaramos las ideas? Cuestionando nuestros
prejuicios, desechando nuestras creencias falsas y emitiendo juicios verdaderos,
o sea, basados en hechos. Persuadiendo a la mayoría indiferente de que la
realidad política, independientemente de que elijan ignorarla, los afecta a
ellos y a sus seres queridos. Convenciéndolos de que es en esa actitud
indiferente donde van a encontrar la raíz de sus problemas y de las condiciones
en las que viven: los motivos por los que deciden emigrar.
Artículo publicado en el diario guatemalteco “El Siglo”, el
lunes 25 de junio de 2018.
Etiquetas: benefactor, coyotes, drogas, EE. UU., Estado, Estados Unidos, inmigración, inmigrantes, mercantilista, narcos, pobreza, poder, prohibición, sistema, Time Magazine, violaciones
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