Si pudiera despersonalizarlos,
serían los representantes de dos estereotipos que muchos aceptan como muestra
de lo que es nuestra ¿sociedad?, juicios que no necesariamente comparto
plenamente. Sin embargo, no puedo hacerlo. Al pensar en ellos pienso en dos
jóvenes cuyas vidas fueron truncadas. Brenda, porque murió violentamente. Jabes
porque probablemente va pasar la mayor parte de su existencia en la cárcel.
Trato de ser justa y ponerme en los zapatos de ambos.
Primero, pienso en Brenda, la
cual nunca va a leer estas líneas que inspira. Pienso en las ideas equivocadas
que los adultos a su alrededor le vendieron como el medio para alcanzar sus fines.
Aquellos que le hicieron creer que recurriendo a medidas de hecho, en este caso
un bloqueo en la Calzada San Juan, iba a conseguir cambios en su escuela.
Pienso que Brenda y los otros adolescentes que la acompañaban solo fueron
instrumentos para que los adultos que los convencieron de salir a la calle
lograran avanzar sus intereses personales, sin importarles las consecuencias de
sus acciones y el mal ejemplo que daban a estos muchachos fáciles de manipular
por la etapa de la vida en la que se encuentran.
Luego, pienso en Jabes. Veo el
vídeo que por siempre nos recordará el momento preciso de la tragedia que se veía
venir desde hace años. Veo como pasa primero un vehículo rojo, al cual poca
atención se le ha puesto. Vehículo a la par del cual iba Jabes, esperando
superar el bloqueo y continuar su camino. Sin embargo, Jabes no tuvo la misma
suerte que el otro conductor. Veo en el vídeo cómo los manifestantes se le
dejan ir encima y empiezan a golpear el vehículo. Pienso en el miedo que debe
haber tenido Jabes, probablemente consciente de que vivimos en un país donde
linchar sin vacilar es casi un deporte. Pienso que más que pensar, en ese
momento Jabes reaccionó a partir de sus emociones y no pasó por su mente el
posible desenlace de su decisión de continuar su viaje.
Pero más allá de la tragedia
misma de estas dos vidas truncadas, y muchas más que se han visto afectadas por
la tragedia de estos jóvenes, pienso en su origen y cómo esta fue anunciada por
algunas cuantas personas, entre ellas yo, tiempo atrás. Uno de los principales
problemas que acarrea el sistema de incentivos perversos en el que vivimos es
la irresponsabilidad, tanto personal como con la obligación que tenemos de
respetar los derechos individuales de los demás.
Es
en la idea falsa de que se puede pasar por encima de los derechos de los otros con
tal de lograr lo que se desea donde encontramos el germen de esta desgracia y
de tantas más a las cuales no se les pone la atención que merecen. Confundir el
derecho de todo individuo a manifestarse y protestar, con el delito de
violentar el derecho a libre locomoción del resto, tarde o temprano iba a
provocar que alguien que no usara su razón y poco le importara la posibilidad
de poner en peligro la vida de otros, decidiera dejarles ir su vehículo. Ojalá
se haya aprendido la lección, y nunca más vuelva a pasar una tragedia como la
de Brenda y Jabes.
Artículo publicado en el diario
guatemalteco “Siglo Veintiuno”, el lunes 15 de mayo de 2017.
Etiquetas: atropellados, bloqueos, Brenda Domínguez, Calzada San Juan, derechos individuales, incentivos, Jabes Meda, libre locomoción, perversos, sistema, tragedia
2 Comments:
Muy acertado su articulo licenciada. es bueno ponerse en ambos lados de la situacion para poder analizarla. saludos y siga adelante con esa imparcialidad que le caracteriza.
By Anónimo, at 12:08 p.m.
Una Historia y Dos Protagonistas Triste pero es una Cruda Realidad Lamentable...Gracias y que Nunca se Repita
By Anónimo, at 8:25 p.m.
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