NINGÚN ministerio de NINGÚN Gobierno de NINGÚN país, puede liderar la reducción de la pobreza,
porque NINGÚN gobierno de NINGÚN lado crea riqueza. Los gobiernos, en el mejor
de los casos, son consumidores de la
riqueza creada por otros para proveer los servicios de seguridad y justicia a
esos otros. Sin embargo, lamentablemente, la mayoría de las veces se convierten
en destructores de esa riqueza que despilfarran en actividades ajenas a la naturaleza
del gobierno.
En otras palabras, más que promotores de la creación de riqueza,
son un obstáculo a su multiplicación. Si, repito, nuestros mandatarios cumplieran
con las funciones propias de la naturaleza de un gobierno, se dedicarían sólo a
proteger los derechos individuales de todos (vida, libertad y propiedad) de la
agresión arbitraria de terceros y a velar porque los delincuentes y criminales
compensaran a sus víctimas. Si así fuera, dejarían de ser el principal estorbo
para superar la pobreza y lograr la mejora constante en la calidad de vida de
todos.
Pero, la enorme cantidad de intereses creados por los
sistemas estatistas que prevalecen, la aún mayor cantidad de burócratas
estatales (nacionales, internacionales y supranacionales) que viven parasitariamente
del trabajo de la gente productiva y aquellas personas que se han visto
privilegiadas por el poder que esos sistemas intervencionistas otorgan a los
gobernantes, han complicado el progreso de la mayoría de la gente al detener las
reformas urgentes a los sistemas de normas vigentes que impiden el desarrollo. Sigue
predominando la injusta idea del Estado
repartidor que termina siendo Estado empobrecedor.
Ludwig von Mises dedica la quinta parte de su obra titulada
“El socialismo: análisis económico y sociológico” al destruccionismo provocado
por los sistemas socialistas y pseudosocialista:
aquellos que promueven la intervención de los gobernantes, en nombre del
abstracto Estado, en asuntos que no les corresponden. Cito algunas partes del
capítulo XXXIII (“Los factores del destruccionismo): “Es un error pensar que el
dominio de la ideología socialista se limita a los miembros de los partidos que
se llaman socialistas o sociales. Los
demás partidos políticos se hallan actualmente impregnados de las ideas
directrices del socialismo, y aun los pocos adversarios que lo combaten con
resolución son víctimas de dicha doctrina… El socialismo… destruiría toda
colaboración social… según hechos demostrados [el socialismo está basado] en el
resentimiento y en una falsa interpretación de los fenómenos económicos… es el
destructor de todo lo que penosamente han creado siglos de civilización…
consume el capital para enriquecer el presente a costa del porvenir”.
El problema de los malos servicios de salud, de educación,
de vivienda, de carreteras… y las mediocres condiciones de vida de la mayoría,
NO es la falta de Estado: por el
contrario, el problema es el exceso de estatismo. Una vez esto no sea
entendido, la mayoría seguirá viviendo pobremente.
Artículo publicado en el diario guatemalteco “Siglo
Veintiuno”, el lunes 10 de abril de 2017.
Etiquetas: destruccionismo, estatismo, gobierno, intervencionismo, Ludwig von Mises, pobreza, riqueza
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