Nosotros lucramos. ¡Todos lucramos! Es parte de la acción humana. Es propio de nuestra naturaleza el querer gozar de aquello que hemos ganado. Disfrutar de los frutos de nuestro trabajo y decidir qué se hace con el producto de nuestro ingenio y esfuerzo. Ese es un derecho de todo individuo, un derecho que pienso defender de la insensatez que corroe nuestra civilización y que condena a las personas a vivir en una constante contradicción.
Por eso aparecen oportunistas que se creen superiores al resto (gente que poco o nada ha producido en su vida), y disponen repartir lo que es de otros. Por supuesto, pregonándolo a los cuatro vientos y declarándose los defensores de los pobres. ¿Con qué derecho? Lo que sí no dicen es que en el proceso de repartir lo que han expoliado a los dueños legítimos, aseguraron financieramente su vida, la de sus familiares y amigos: a los conocidos o a los sobalevas.
Da igual. Es un buen negocio para los involucrados. Menos para los que son esclavizados y sus bienes son confiscados. Los que son odiados por sus virtudes creadoras y aceptan ser víctimas de los saqueadores. Manipulados y condenados por su deseo de crear riqueza y disfrutar de esta con sus seres queridos. ¿Por qué se dejan? Hay que cuestionar sin miedo el código de valores que nos han impuesto. Un código moral ajeno al humano que nos hace mucho daño.
Es por eso que hoy vemos a casi todos los politiqueros (PP, GANA, Líder, URNG y pronto se sumaran los otros) defendiendo las transferencias condicionadas y peleando por ser los padres de la criatura de Sandra Torres. Total, el objetivo de las bolsas solidarias y todos estos tipos de programas es ganar votos, no reducir la pobreza ni mejorar la calidad de vida de los demás. Además, es un medio idóneo para apropiarse de una gran parte de nuestros impuestos.
Estos despreciables personajes, se topan en su camino con tontos útiles que se encargan de propagar falacias que les facilitan a los primeros alcanzar sus objetivos. Como un ejemplo reciente de lo anterior puedo mencionar el titular principal de Prensa Libre del pasado martes 16: “Ganancias de la mina Marlin suben 1,671%. En contraste el Estado percibe 6% en regalías e impuestos”. ¿Y?
¡Ojalá muchos en Guatemala ganaran tanto o más! Imagino que los accionistas de Prensa Libre no se sentirían mal si su empresa les proporcionara esas utilidades. Y la mayor ironía del ejemplo anterior, es que el aumento en la recaudación de impuestos de este año se ha debido en mucho al aumento en las ganancias de la empresa minera mencionada. Sin hacer nada, el gobierno hoy obtiene más del trabajo de otros.
En fin, hay que hacer la diferencia entre quienes hacen dinero (crean riqueza) y quienes adquieren dinero (se apropian de lo que es de otros). Y no ser hipócritas: no hay humano que no quisiera vivir mejor, según sus fines propios. Y que se vive mejor cuando uno puede pagar sus facturas y para lograrlo debemos ganar más.
Artículo publicado en el diario guatemalteco “Siglo Veintiuno”, el lunes 22 de agosto de 2011. La imagen la bajé de Internet.
Etiquetas: civilización, cohesión social, contradicción, derechos individuales, elecciones 2011, ganancia, Guatemala, insensatez, lucro, poder, políticos, Prensa Libre, riqueza, Sandra Torres, saquedores
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home