Principios / Marta Yolanda Díaz-Durán A.

8.01.2011

En el nombre del padre



Khalil Musa. En el nombre de la hermana. Marjorie Musa. En nombre propio, Aziza Musa solicitó ser parte del proceso (agraviada) en el juicio contra los acusados de ser los autores materiales del asesinato de sus familiares nombrados al principio. Valiente defensora de la memoria de sus seres queridos que, viendo a los ojos a los jueces, se atrevió a decir:

“Mi papá me dejó un legado lleno de valores y principios morales que rigieron su vida hasta el último de sus días. Y aunque hemos perdonado, nos indigna grandemente ver que hoy se ponga en tela de juicio su honorabilidad.  ÉL, SIENDO VÍCTIMA, AHORA RESULTA SER EL ACUSADO. Para nosotros, eso es una infamia”. Y no sólo para la familia de Musa, también para todos aquellos que valoramos la verdad y la justicia.

Continúa la declaración de Musa: “Nuestra empresa también refleja los principios morales de mi papá y de nuestra familia. En cincuenta años que tiene la empresa de existir, nuestra trayectoria empresarial ha sido impecable, en ningún momento hemos efectuado ningún negocio fuera de la ley”. Hecho que, al parecer, fue constatado por los primeros investigadores a cargo del caso.

“Cuando empezó la CICIG a investigar, nos entrevistaron constantemente, los investigadores Luis Fernando Orozco y Lucía Luna. Varias veces también nos reunimos con el comisionado de la CICIG, Dr. Carlos Castresana. La última cita con el  Dr. Castresana, fue el 9 de junio de 2010, en la cual él me dijo que la investigación estaba en su fase final y esperaba tener tiempo de dar una declaración antes de irse… ‘Lo que dijo Rodrigo Rosenberg, en su video era verdad. Ya sabemos quiénes fueron los autores materiales y quién mandó a dar la orden. Si no doy yo las declaraciones, las dará la persona que se quede en mi lugar’ agregó Castresana”.

Sin embargo, una vez hubo un cambio de mando en la CICIG, también cambió la versión que los burócratas al frente de este ente decidieron presentar a los medios. Es evidente que si los investigadores de la Comisión presentaban lo que habían descubierto, tendrían que dar marcha atrás con su hipótesis sobre la muerte de Rodrigo Rosenberg. Tendrían que haber reconocido su error. ¡Ah! Y perseguir a los acusados por el abogado asesinado: Álvaro Colom, Sandra Torres, Gustavo Alejos…

La siguiente frase del poeta romano Juvenal resume parte de mi pensamiento en lo que respecta al respeto propio a nuestra vida y la representación oral y escrita de la misma, nuestro nombre, trata: "considera que el mayor de los pecados es preferir la mera existencia a una existencia con honor. Y cuida que, por preservar la vida, no pierdas las razones mismas de vivir". Ojalá los parientes de Rosenberg que se dejaron manipular por gente insidiosa y mal intencionada de la CICIG despierten, reconozcan su error y también salgan a defender el nombre de su padre y su propio apellido. Al fin, como hace años me dijo mi abuelo, es esa nuestra más importante herencia.


Artículo publicado en el diario guatemalteco “Siglo Veintiuno”, el lunes 1 de agosto de 2011. La fotografía la bajé del sitio de Prensa Libre.

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