Principios / Marta Yolanda Díaz-Durán A.

10.08.2018

El popular populismo




El avance de los populistas, tanto a la izquierda como a la derecha, lamentablemente no muestra signos de desaceleración. Irónicamente, son las políticas populistas las principales responsables de la desaceleración económica que agobia a la mayoría de guatemaltecos. Populista son todos aquellos que promueven el estatismo y el intervencionismo. El objetivo del populista no es reducir la pobreza, al menos la ajena, sino beneficiarse de gestionar o promover el asistencialismo propio del Estado Benefactor.

Es probable que el término populismo sea hoy uno de los más usados en la jerga política. Y como todo término, para entenderlo e integrarlo sin contradicciones a nuestro conocimiento, hay que definirlo y explicarlo correctamente, además de ponerlo en contexto. De lo contrario, será una palabra más que se usará antojadizamente para calificar cualquier cosa o a cualquiera, sin importar que aplique o no su uso. No se diga, que sea utilizado para manipular a gente que me atrevo a catalogar -siendo benévola- de ingenua; porque creen ciegamente lo que otros dicen, particularmente si creerles va a significar que será menor el esfuerzo que tendrán que hacer para satisfacer sus necesidades.

Gente que no se cuestiona la veracidad o falsedad de lo que le ofrecen los políticos. Temen que, al cuestionarse y cuestionar si es posible cumplir o no las promesas de sus candidatos, los obligue a reconocer la realidad que no siempre agrada a la mayoría, porque los fuerza a enfrentar el engaño que tristemente ha sostenido sus vidas. La verdad no siempre es popular, porque reclama, una vez reconocida, ser obedecida. De lo contrario, no habrá excusas que expliquen sus fracasos, y tendrán que aceptar que éstos son el resultado de sus decisiones basadas en mentiras.

Populista es todo aquel que le dice al pueblo, a las masas, lo que quieren escuchar, no lo que deben saber. Que se aprovechan de la pereza intelectual de la gente, que quiere oír que alguien más es culpable de su situación y que otra persona se hará cargo de ellos cuando llegue al ejercicio del poder. Y con gusto, el populista asumirá el papel de salvador. Total, al populista no le interesa la verdad, lo que le importa es ser popular. Lo que le interesa es llegar a gobernar, preferiblemente sin límites.

Según el politólogo español, Eduardo Fernández Luiña, el populismo es una estrategia para concentrar poder político, propio de la naturaleza de la democracia, que responde a los intereses de una minoría política organizada. Por supuesto, necesita de líderes carismáticos que sepan endulzar los oídos de los electores y convencerlos para que voten por él y por su propuesta. Para germinar la semilla del populismo, necesita de un ambiente de descontento generalizado en la población. Sin duda, Edu describe bien la situación que vivimos hoy en Guatemala a las puertas de una nueva elección. ¿Qué irá a pasar? Dependerá de nosotros y de que no nos dejemos engañar.


Artículo publicado en el diario guatemalteco “El Siglo”, el lunes 8 de octubre de 2018.

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