¿Es la economía de los guatemaltecos parasitaria de la
creación de riqueza de nuestros compatriotas que viven en EE.UU.? Sí.
Parasitismo que llega al extremo del descaro en los cálculos de los tecnócratas
de la burocracia estatal, incluido el banco central (Banguat), que consideran como parte del Producto
Interno Bruto (PIB) de nuestro país a las remesas, que no son otra cosa más
que el remanente del resultado del dinero que han ganado los guatemaltecos que
viven y trabajan en otros lados.
Por supuesto que el impacto de las remesas en los hogares
guatemaltecos es enorme. Más aún, si no fuera por éstas, nuestro “rezago
económico histórico”, como declaró recientemente algún burócrata del Fondo
Monetario Internacional, sería aún mayor. Pero eso no justifica el engaño de
los técnicos, que al final nos provoca más daño, porque el cálculo de la
recaudación fiscal lo hacen en base a ese falso PIB. Y como rara vez llegan a
sus metas, les sirve de excusa para oprimir más al tributario e impulsar el
terrorismo fiscal.
Experimentamos
la agonía de la prosperidad. Crece el temor, entre otros, de invertir en
Guatemala, en particular por el incierto panorama de nuestra economía, cuyo
nivel de confianza ha caído a niveles peligrosos. Por eso casi todo lo que
tiene que ver con el progreso en nuestro país “tiene un lento despegue”, no
sólo el PIB, como anunciaron los burócratas intervencionistas del Banguat,
defensores del dólar más que del quetzal. Y ni el magro 3 y pico por ciento de
¿crecimiento? de 2017 se hubiera dado si no fuera por las remesas que envían
nuestros compatriotas que trabajan principalmente en EE.UU., las cuales, a pesar de los agoreros, continúan aumentando.
El motivo por el cual NO hay inversión creadora de riqueza
en nuestro país es porque NO hay certeza jurídica, ni respeto a la propiedad
privada, ni seguridad. Y las propuestas de más intervención estatal no
resuelven los problemas: los agravan. El aumento de impuestos, la legislación
contra la obesidad, contra el alcoholismo, contra la competencia, contra la
desnutrición… sólo sirven para facilitar la corrupción. Por cierto, en el largo
plazo, a todos nos beneficia la eliminación de impuestos. Hasta a los vividores
de los organismos internacionales supraestatales y a la burocracia nacional les
conviene. No se diga a los habitantes productivos, responsables y respetuosos
de nuestro país.
Lo que
necesitamos y exigimos de nuestros gobiernos es que velen por el respeto a
nuestra vida, libertad y propiedad.
Además, esperamos que no obstaculicen el camino del progreso individual:
que nos dejen arriesgar, trabajar, crear, invertir, producir… para alcanzar
nuestras metas propias. Ser productivos, no parásitos de nadie. Menos de
nuestros compatriotas que han pagado un costo altísimo al emigrar en búsqueda
de mejorar su calidad de vida y la de sus seres queridos.
Artículo publicado en el diario guatemalteco “Siglo
Veintiuno”, el lunes 2 de abril de 2018.
Etiquetas: Banco de Guatemala, Banguat, impuestos, inmigrantes, parásitos, PIB, Producto Interno Bruto, remesas
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