¿Para qué diablos
pagamos impuestos? ¿Para la compra de viviendas de lujo, ostentosos vehículos
europeos últimos modelos, aviones, helicópteros, yates… para los ladrones que
llegan al ejercicio del poder y sus cuates?
¿Para financiar los caprichos de los familiares de los politiqueros? ¿Para sufragar
las transas con los oportunistas contratistas del Estado? ¿Para satisfacer las demandas de los sindicalistas
estatales: una partida de viles extorsionistas, vagos y vividores? ¿Para
sostener una burocracia estatal ineficiente, innecesaria y engorrosa?
¿Acaso pagamos impuestos para mantener los
exorbitantes salarios de la parasitaria burocracia supraestatal de los organismos
internacionales? ¿Para premiar con bonos extras improductivos a quienes no cumplen con sus obligaciones en tiempo?
¿Para que construyan o adecúen cárceles V. I. P. para los pocos funcionarios corruptos
que están presos? ¿Para que los peores representantes de nuestra sociedad, a
quienes atrae el sistema político de incentivos perversos que prevalece, sigan
viviendo cómodamente a costa nuestra?
¿Para qué diablos
pagamos impuestos? Es una pregunta que me he hecho mil veces desde que supe que
NO pagamos impuestos para que haya seguridad y justicia, a pesar de que la
Constitución Política de la ¿República?
de Guatemala dice claramente en los artículos 1 y 2 que “El Estado de Guatemala
se organiza para proteger a la persona y a la familia; su fin supremo es la
realización del bien común” y que “Es deber del Estado garantizarle a los
habitantes de la República la vida, la libertad, la justicia, la seguridad, la
paz y el desarrollo integral de la persona”. Ahora resulta que, para exigir que
los mandatarios cumplan con su mandato, los tributarios debemos pagar más
impuestos de los que ya pagamos para lo mismo. Similar al bono de Gloria Porras para que los empleados de la CC se pusieran
al día en su trabajo atrasado.
¿Con quién quieren quedar bien los que
irracionalmente promueven la injusta idea de que paguemos más impuestos dentro
del contexto actual? Me parece absurdo que gente que ha presentado denuncias en
contra de la corrupción y han dado a conocer los abusos del poder, el
despilfarro y el robo descarado de los tributos que pagamos, ahora pretendan
exigirnos que aportemos más, en lugar de fortalecer la lucha por el uso
correcto de todo lo que recauda la SAT.
¿Por qué tal contradicción? ¿Por qué pretenden
hacer creer que los que se oponen son los desprestigiados mercantilistas del
CACIF? No sólo ellos están en contra de pagar más. Todo ciudadano sensato que a
duras penas llega a fin de mes y que sabe que los impuestos no los van a pagar
solo los más ricos (¡Qué populismo! ¡Qué demagogia!), que está harto de que los
obligados a defender sus derechos individuales sean los primeros en violarlos,
que se indigna de ver cómo una parte importante del resultado de sus esfuerzos
va a parar a los bolsillos de los delincuentes y criminales que gobiernan, se
opone a pagar un centavo más.
Artículo
publicado en el diario guatemalteco
“Siglo Veintiuno”, el lunes 23 de noviembre de 2015.Etiquetas: CACIF, Constitución de Guatemala, corrupción, impuestos, populismo
1 Comments:
¡No más impuestos Marta Yolanda!
By Anónimo, at 4:41 p.m.
Publicar un comentario
<< Home