Principios / Marta Yolanda Díaz-Durán A.

2.04.2010

Dudas razonables: tercer capítulo


El lunes pasado nos habíamos quedado en la presentación de mis primeras dudas generales en lo que respecta a la hipótesis de Carlos Castresana, titular de la CICIG, en el caso del asesinato de Rodrigo Rosenberg. ¡Quién me iba a decir que al transcurrir la semana iba a caer una pieza, aparentemente sin conexión con el crimen citado, que hace aún más inquietante e interesante la narración! Me refiero a la captura del expresidente Alfonso portillo que, de Pollo Ronco, pasó a pollo enjaulado. O pillo rostizado, como han comentado algunos. En fin, ahorita les explico de qué se trata, esperando no caer en la trampa del dicho aquel que dice: “un mudo, le dijo a un sordo, mientras los observaba un ciego…”. Vamos a un corte de párrafo y continuamos en el siguiente.

Según rumores que llegaron a mis oídos a principios de diciembre del año 2009 (por cierto, de gente muy bien conectada como se suele decir en jerga chapina, no sé si buena lengua o lengua viperina), los poderosos de Guatemala (léase: aquellos que se encuentran en el ejercicio del poder, ya sabrá usted quiénes son) desde hacía unas semanas habían cerrado una beneficiosa negociación con la superburocracia internacional, que les permitía una salida gloriosa del brete en el cual los había metido, a todos, el vídeo que dejó grabado Rosenberg antes de ser asesinado. A unos, porque los acusaba de su muerte y la de Khalil y Marjorie Musa, y a los otros porque les complicaba su carrera profesional, además de las molestias e inconvenientes que traería al organismo supraestatal citado con anterioridad (cuyo objetivo intrínseco es mantener gobiernos), confirmar lo denunciado por el occiso.

¿Y cuál se supone que es el tal trato al que llegaron los susodichos? Pues bueno, vea usted, unos entregaban a los otros una alta cabeza política, de esas sumamente cuestionadas que merecen ser investigadas, cabeza que caería rodando como si la hubiera cortado la guillotina de Maximilien François Marie Isidore de Robespierre, y los otros encontraban la forma de exculparlos de las acusaciones que pesaban en su contra. Un ganar-ganar para los mencionados y un perder-perder, primero, para el cuerpo que quedó sin cabeza y, segundo, para los ciudadanos que reclaman justicia en el país. ¿Ficción o posible escenario real? ¡Quién sabe! Claro, el supuesto compló, como diría Andrés Manuel López Obrador, no exime a Portillo de ser juzgado y pagar las penas que le corresponden por los delitos que sean probados.

Por cierto, ¿el alguien que informó a Castresana y a los gringos dónde se encontraba el ave fugitiva, habrá sido el mismo alguien que le sugirió hacer acto de presencia en la escena del crimen del jurista enamorado, quien con su atrevida decisión de dejar un testimonio audiovisual para aclarar su propio asesinato desató una tormenta política nunca antes vista en el inseguro país de la eterna sorpresa? Acompáñeme el próximo lunes en la conclusión, espero, de esta digresión por entregas.

Artículo publicado en el diario guatemalteco “Siglo Veintiuno”, el lunes 1 de febrero de 2010. Las fotografías son parte del archivo de fotos del diario guatemalteco Prensa Libre. La edición es responsabilidad mía.

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2 Comments:

  • saber en aue va a teminar el caso rosembreg, es muy interesante saberlo.

    By Anonymous Anónimo, at 9:21 a.m.  

  • Querida Marta:

    mi nombre es María Rodríguez (lasindias.coop), en este momento estoy
    desarrollando un proyecto para la cumbre eurolatinoamericana. Se trata
    de hacer un mapeo de red de los principales blogueros del continente de
    modo que la Secretaría de Estado para Iberoamérica del Gobierno español
    pueda enviarte aquellas propuestas y acuerdos intergubernamentales que
    entren en relación con tus temas habituales de trabajo.

    ¿Podrías enviarme una dirección de email para agregarte al mapeo?

    Un saludo y muchas gracias

    María

    By Anonymous María Rodríguez, at 6:28 a.m.  

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