Principios / Marta Yolanda Díaz-Durán A.

2.21.2010

Dudas razonables: in-conclusión


¿Será que en este capítulo termino la presentación de mis dudas razonables en lo que respecta a la hipótesis de Carlos Castresana, titular de la CICIG, en el caso del asesinato de Rodrigo Rosenberg? Lo dudo, porque son muchas las preguntas que me hago y conforme avanza el proceso judicial, me surgen nuevas interrogantes. Sin embargo, hoy me propongo finalizar la serie de artículos en los cuales abordo el tema, con la seguridad de que más adelante voy a retomar la trama de este emblemático crimen. Total, tanto la muerte del mencionado jurista, como la de Khalil y Marjorie Musa continúan siendo un misterio.

Uno de los más intrigantes enigmas es quién fue el ALGUIEN que avisó a Castresana para que llegara a la escena del crimen de Rosenberg, habiendo tantos asesinatos, en todos los estratos sociales, todos los días. Me pregunto, ¿por qué le dan credibilidad al informante conocido sólo como ALGUIEN? ¿Cómo ese ALGUIEN supo del atentado? Pienso que ALGUIEN nos debe muchas explicaciones.

Ahora, ¿por qué Álvaro Colom, Sandra Torres y Gustavo Alejos, si son inocentes, autorizaron a Salvador Gándara y a Ronaldo Robles a contratar a un estafador para que acusara a los dirigentes del Partido Patriota, y luego montaran una escena de película de tercera categoría ante varios reporteros? Que, por cierto, algunos de ellos son acusados de recibir fafa para que no fotografiaran el helicóptero en el cual viajó Gándara que, según fuentes de Aeronáutica Civil, es el mismo que suele usar, o solía usar, Torres para sus viajes al interior de la República.

Quienes ejercen el poder tienen una obvia ventaja por encima de las personas libres y escépticas que buscamos la verdad. No conocí a Rosenberg, pero creo que la honestidad y la autenticidad es la única forma de proceder para SER quien uno ES, es por eso que no me cayo ante este crimen que involucra a las más altas autoridades del país. ¿Por qué ya condenaron a Rosenberg cuando apenas comienza el juicio? ¡Qué fácil es echarle la culpa al muerto! O parafraseando el aforismo anterior: echarle el muerto al muerto. ¿Será que la resolución de la CICIG del caso Musa terminará siendo que fue otra vez Rosenberg la mente criminal detrás de los sicarios? En fin…

Verdadera es sólo la premisa, la idea, la hipótesis que la evidencia demuestra sin lugar a dudas que es cierta. Así que poco me importa que los doctrinarios del positivismo jurídico hayan acuñado esa aberración conceptual de “verdad interina” utilizada por Castresana. Y aclaro: yo no sé a ciencia cierta qué sucedió, pero tampoco me convence la propuesta del Comisionado. No sé si algún día vamos a saber qué pasó, independientemente del resultado del juicio que se está llevando a cabo. Tal vez es este un crimen que sea objetivamente investigado y juzgado hasta dentro de muchos años. Y para aquellos que tengan curiosidad de dilucidarlo, dejo escritas mis observaciones sobre esa realidad nuestra que parece ficción.

Artículo publicado en el diario guatemalteco “Siglo Veintiuno”, el lunes 15 de febrero de 2010.

Etiquetas: , , , , , , , ,