Falso Dios
Más allá del discurso bienintencionado la realidad es que todos actuamos en beneficio personal, como bien lo señala Rigoberto Juárez-Paz en su artículo del pasado viernes: “En el fondo de todo lo que hacemos, si somos sinceros, encontramos latente la esperanza de satisfacer algún anhelo propio, incluidas las más generosas de nuestras acciones… En general, todos buscamos nuestro propio beneficio, aun cuando trabajemos para beneficiar a los demás, se trate del tendero de la esquina o del misionero que se va a vivir en la selva para curar a quienes carecen de atención médica. La visión restringida del ser humano es una visión realista del hombre en sociedad. Es una visión que, además, y tal vez por ello mismo, pone mucha más atención a los resultados de nuestra conducta que a nuestras intenciones”. Así que nada nuevo descubrimos en la viña del Señor.
Lo que continúa siendo un misterio es por qué hay quienes, a pesar de las evidencias, aún creen todas las mentiras que repiten hasta el cansancio los políticos. Claro, cuando los mencionados personajes hablan en nombre del abstracto Estado. Entonces, de viles ladrones y estafadores de pacotilla, se convierten en una especie de madres y padres protectores de los aparentemente inútiles adultos que habitan en el país. Qué paradoja, estos incautos en lugar de sentirse insultados por ser tratados como retrasados mentales, terminan alabando las posibilidades (que nunca pasaran de ser una posibilidad) que podría traer un nuevo aumento impositivo. Ver para creer. O mejor, leer a algunos ingenuos columnistas. ¿Serán aspirantes a gobernantes o burócratas? ¿O ya viven del tributario?
En la más reciente campaña publicitaria, mentirosa y manipuladora, ofrecen que PODRÍAN (énfasis en que sólo lo presentan como una posibilidad) evitarse “los actos de corrupción y de evasión que nos tienen indignados”. Obviamente no se comprometen porque saben que lo que esperan robarse son los impuestos. Por eso, más tributos lo único que representan es más corrupción dentro del sistema benefactor/mercantilista actual, ampliamente discrecional.
Etiquetas: Alvaro Colom, impuestos, Juan Alberto Fuentes Knight, periodísmo, Rigoberto Juárez-Paz
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