Fiambre en octubre
Mientras Kim Jong Il, dictador de Corea del Norte, el “querido” líder de sus sometidos súbditos, amenazó con una guerra y anuncia más pruebas nucleares; el surcoreano, Ban Ki-moon, fue electo como Secretario General de la Organización de Naciones “desUnidas”. Ni lento ni perezoso, Kofi Annan empezó a preparar sus maletas antes de que le cuenten las costillas a él y a su “querido” hijo. Dan ganas de entonar aquella canción que va así: “¡Ay! amor ya no me quieras tanto”.
¿Por qué nos habrán metido los políticos en ese lío del Consejo de Seguridad de la ONU? La candidatura se presentó desde el año 2002, durante el gobierno de Alfonso Portillo, un “pollo” al cual muchos quisieran cocinar a fuego ardiente. ¿Será que con uno de esos tan en boga tratados “limitados” de comercio lo podremos importar sin pagar aranceles?
“Habemus” presidentes: Rubén Eliú Higueros fue confirmado en la Corte Suprema de “inJusticia” y Rubén Darío Morales en el “Congrueso” de la Res Pública. Rubenes, ¿nos llevaran como terneros al matadero? Que nadie se espante en el mes de los espantos, pues en Guatemala es igual de eterno que la primavera. Yo, mejor me encanto con el Azul del Darío decimonónico: “Mira en tus ojos, los míos”.
Por cierto, Morales comenzó su reinado con el manido sermón en contra de los privilegios, pero tan veloz como Annan pretende hacerse humo, aprobó de “emergencia nacional” reformar la Ley de Antejuicios, lo que va a dificultar aún más procesar a los diputados. Señores, señoras: quien nada debe, nada teme.
En fin, los políticos además de cubrirse con la misma manta, son pocas las ideas que tienen claras: rápido se acomodan al discurso que creen les va a ganar los votos que necesitan para llegar al poder. Y tarde o temprano, terminan haciendo lo mismo de siempre: interviniendo y manteniendo vivito y coleando el status quo: el Estado benefactor felizmente casado con el mercantilismo.
¿Quién va a pedir perdón a las víctimas o a los deudos de las personas asesinadas por el guerrillero Efraín Bámaca? ¿Jennifer Harbury o Frank La Rue? Cuidadito, cuidadito tributarios: está de moda demandar al ficticio Estado por cualquier cosa. Total, para los burócratas es fácil decir sí y darse de golpes en el pecho: sus errores, los pagamos nosotros. Luego, se llenan la boca diciendo que ansían acabar con la pobreza. Qué ironía.
La única forma de “eliminar” el hambre físico es creando riqueza. Y uno de los obstáculos para alcanzar esa noble y necesaria meta es otro tipo de hambre que no se puede “erradicar”: el hambre de poder. El ánimo de unos de imponer sus elecciones y valores al resto. Su deseo de controlar y ordenar la existencia de los demás y el constante irrespeto al proyecto de vida de cada quien, proyecto por definición individual. Ni modo, el hambre de poder sí aumenta y se sacia por estos paradójicos lares tropicales. “Sea por bien o sea por mal”.
Artículo publicado en el diario guatemalteco “Siglo Veintiuno” el lunes 23 de octubre de 2006.
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