Los “sabelatosos” de la res pública
Bendito Diosito que nos los mandó del cielito, ¿o del Infiernito? Ay Virgencita, ya me confundí con el bote de los malhechores. Perdón, las “víctimas de las estructuras opresoras” del Estado ¿interventor?
Qué bellos ellos, qué lindo hablan. Se nota su instrucción: nadie les entiende nada. ¿Acaso aclaran algo? Muy ilustrados son los licenciados. Deben ser “intelectualoides”. Me disculpo por el francés, pero así se escribe ¿o no? ¿Algún experto que me lo confirme?
En fin, lo importante es que saben mandarnos, entre otras cosas, qué hacer, qué soñar y qué desear para ser felices, porque nosotros, simples mortales, somos incapaces de tomar decisiones y asumir las consecuencias de nuestras acciones. ¿Moriremos siendo “infantes” adultos?
Sin embargo, permítanme sus mercedes el abuso de pensar un tantito, aunque sea un poquito, así “chiquitito”, como lo decimos, y a veces lo hacemos, los pobrecitos ciudadanitos de mi “Guatemalita”. Algo sé del alfabeto: a la hora del regateo no me miran la cara de babosa.
A pesar de mi conocimiento limitado, llama mi atención el que estas personas “especiales” ¿o espaciales? cuando se expresan, muestran que no han leído ni siquiera la Constitución (más larga, desarrollada y manoseada que la cuaresma), la que al parecer contiene las normas que rigen nuestra convivencia.
Ni siquiera saben los expertos en qué gastan el pisto los mandamases del gobierno, independientemente de la bandera política que éstos últimos ondeen: monocromática, bicolor o arco iris. Por ahí escuche que alguna información se encuentra en un tal Presupuesto General (cuádrense) de la Nación, en el cual los “tatascanes” plasman su carta a “Santa Clostribuyente”, a quien no le queda otra que satisfacer los deseos de estos dechados de defectos, de lo contrario lo mandan a Pavoncito junto con los arribistas de “arribita”.
“Doña Consti y don Presu” ¿o preso? son fáciles de conseguir, más para semejantes “infectados de influenza” política. Estos doctos (los legajos, no los expertos, y no los estoy insultando), confirman los entendidos, son las pruebas concluyentes de que en mi nacioncita vivimos dentro de un Estado benefactor/paternalista/mercantilista. Aunque aún no sé a quién benefician, el papá de quién son (ni quién es su mamacita para nombrarla de vez en cuando) y no frecuento a los mercachifles que privilegian.
Como diría “experTito” Puente: “Hay que trabajar o nunca en la vida progresaras”. Ya basta de flojeras señoras y señores “expertitos”, dejen de jugar con los legos (o vuelvan al “kinder”) y busquen un oficio productivo y no destructivo: no regresen a volar puentes. “Por eso te digo bandido, ponte a camellar”. Hay que laborar. Tarararará.
Artículo publicado en el diario guatemalteco “Siglo Veintiuno” el lunes 16 de octubre de 2006.
4 Comments:
Su artículo es simplemente una lista de quejas, no dice nada de nada. ¿Tendra eso que ver con que no le entienda a los que menciona?
By Anónimo, at 2:05 p.m.
Jorge:
No entiendo qué no entiende. El artículo al cual se refiere es una sátira sobre los autodenominados "expertos, analistas, consultores", y demás apelativos. En especial, a aquellos que pretenden negar la realidad del sistema guatemalteco: el Estado benefactor/interventor/mercantilista, que se encuentra plasmado en la Constitución y el Presupuesto de la Nación, sólo por mencionar un par de "pruebas".
Espero aclarar en algo sus dudas.
Saludos.
MY
By Marta Yolanda Díaz-Durán Alvarado, at 6:30 p.m.
Le aseguro que entiendo perfectamente su post, y claro, los "expertos" aseguran saber lo que Guatemala necesita. Sin embargo El Estado Benefactor que menciona, seguramente lo hace en funcion de los únicos beneficiados por él, que son, para no citar nombres (aunque la lista es muy corta) la gente del CACIF, es decir nuestros latifundistas, pseudo industriales y comerciales que tienen secuestrado al Estado y que impiden el desarrollo capitalista independiente de Guatemala.
Saludos
By Anónimo, at 11:26 a.m.
Excelente Jorge.
Ya mencionó a varios de los mercantilistas a quienes hago referencia. Ahora, sólo le falta agregar a la lista a los gorrones que viven del erario (puntualizando: el tributario), gracias al Estado benefactor, beneficiándose ellos y perjudicando a los pobres con la excusa de que los ayudan. Por eso, es importantes terminar con TODOS los privilegios y que los PRIVILEGIADOS compitan y se hagan responsables de sus vidas y no pretendan que otros se las resuelvan.
Por cierto, muchos de esos personajes “expertos” encajan perfectamente dentro de la categoría de gorrones: cómodamente pasan la vida lucrando de la miseria de los otros desde sus respectivas oeneges o como “consultores” en alguna organización del gobierno. Sin importar que el financiamiento venga de afuera (impuestos de ciudadanos de otros países) o de consumo interno.
Saludos.
By Marta Yolanda Díaz-Durán Alvarado, at 5:49 p.m.
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