Principios / Marta Yolanda Díaz-Durán A.

10.15.2007

Pura raza


Creo que cada ser humano es único e irrepetible. Todos somos diferentes, en todos los niveles: biológico, intelectual y espiritual. Podemos compartir valores, y toparnos en la vida con personas con las cuales compartimos códigos y aspiramos a valores similares. Pero todos somos diferentes. Y, precisamente en esa diversidad de mentes, se encuentra la gran riqueza que ha permitido el progreso y la civilización.

Además, hemos descubierto, producto de la evolución, que la acción humana de todos, aunque seamos diferentes, comparte ciertos axiomas, de los cuales quiero mencionar hoy dos: somos seres teleológicos (tenemos fines propios) y actuamos buscando nuestra satisfacción personal. La elección de qué nos satisface es puramente individual.

Para que todos tengamos la oportunidad de realizar nuestros sueños, también únicos e irrepetibles, como cada uno de nosotros, hemos tropezado en el proceso de aprendizaje colectivo (a base de prueba y error) con ciertos principios que nos facilitan alcanzar nuestras metas. El primero de estos principios ineludibles, si es que queremos progresar y mejorar nuestra calidad de vida en el largo plazo, es el principio de la igualdad de todos ante la ley. Y el segundo, pero de igual importancia, es el respeto que nos debemos los unos a los otros. El respeto a los bienes, la libertad y la vida de todos. Lo anterior, reconocido por primera vez en la civilización occidental, y globalizado a través de los siglos al resto del mundo. La América nuestra incluida.

Por eso considero que el ahora llamado “Día de la Hispanidad” (antes de la raza) SÍ es un día para celebrar, independientemente de lo que digan un grupo de indigenistas/oportunistas que viven del discurso de la conquista explotadora. Sé que afirmar lo anterior es políticamente incorrecto. ¿Y qué? Prefiero ser simplemente correcta. Tampoco pretendo negar los abusos que se cometieron, pero esos sólo se evitan aceptando a un despreciado hijo de Occidente: el Estado de Derecho.

Mario Vargas Llosa escribió en uno de sus artículos más recientes, titulado “El velo no es el velo”, lo siguiente: “El multiculturalismo parte de un supuesto falso, que hay que rechazar sin equívocos: que todas las culturas, por el simple hecho de existir, son equivalentes y respetables. No es verdad. Hay algunas culturas más evolucionadas y modernas que otras, y aunque es verdad que aún en las culturas más primitivas existen prácticas, usos y creencias que han enriquecido la experiencia humana y enseñanzas que las otras pueden aprovechar, también lo es que en muchas culturas sobreviven prejuicios y conductas bárbaras, discriminatorias y hasta criminales que ninguna democracia puede admitir en su seno sin negarse a sí misma y retroceder en el largo camino de la civilización que lleva andado”. Acertadamente genial y cierto.

En fin, somos todos, independientemente de nuestra etnia, pura raza. Pura raza humana.


Artículo publicado en el diario guatemaltecos “Siglo Veintiuno”, el lunes 15 de octubre de 2007.

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