Con palabras
Sin duda, la muerte violenta de cualquiera es un hecho condenable. No obstante, hay situaciones en las cuales las circunstancias hacen que los sucesos cobren una mayor relevancia. Tal es el caso ampliamente discutido, y cada vez más confuso, de la matanza de cuatro salvadoreños, tres de ellos dedicados a la política, y el exterminio de cuatro de los seis policías acusados de ser los ejecutores del crimen. Tema con ingredientes propios de historias fantásticas: cada quien parece tener su versión verídica de lo acontecido. Puras teorías de la conspiración.
Yo, tengo preguntas.
¿Cómo es posible que hasta en las apodadas cárceles de máxima seguridad pueda alguien entrar a matar a otros? Sólo alguno muy bien conectado, posiblemente parte de la burocracia de las mal llamadas fuerzas de seguridad, puede cometer tal acto.
¿A qué grado de descomposición ha descendido el gobierno? Esa organización que agrupa a individuos a quienes hemos traslado nuestro personal y legítimo derecho de defensa, confiriéndoles para ello autoridad y poder para ejercer el monopolio de la coacción y la coerción. Descomposición producto del alejamiento de sus funciones primordiales, dar seguridad y velar porque haya justicia, y su ánimo de concentrarse en funciones que no le son propias. Quien mucho abarca, poco aprieta.
Hoy, a pesar del impresionante aumento en la producción que trajo consigo la Revolución Industrial, y el crecimiento exponencial en los alimentos a nivel mundial, entre otras cosas, hay mucha gente que todavía muere de hambre o arriesga hasta su misma vida con tal de satisfacer sus necesidades básicas. Gente ajena a las discusiones académicas, políticas y económicas. Gente que sufre día a día las malas decisiones de aquellos que, pueden tener buenas intenciones, pero sus acciones son impulsadas a partir de ideas fracasadas. Aquellos que parecieran estar más interesados en complacer a los líderes de los grupos de presión, que cumplir con su responsabilidad.
Satisfacemos necesidades de otros para alcanzar fines propios. Ser humanista es aceptar al humano como es y no tratar de cambiarlo. Es aceptar y acomodar las normas generales que van a regir la cooperación pacífica y el libre intercambio a el ser, y no pretender imponer un deber ser elucubrado por unos cuantos y forzado al resto. Así que el discurso que no reconoce que las personas buscan su beneficio personal, más allá de lo que declaren públicamente, son puras ilusiones que terminan en tragedias, sobre todo para los más débiles de la sociedad. Estados colapsados.
En fin, qué cosas suceden en Guatemala. Aquí los muertos no acarrean basura: la basura acarrea muertos.
Artículo publicado en el diario guatemalteco “Siglo Veintiuno”, el lunes 5 de marzo de 2007.
Etiquetas: asesinato diputados salvadoreños, Estado fracasado, política
3 Comments:
Cuánta gente crees que pueda tener acceso a un blog en Guatemala?, cuántas personas, aún menos, pueden en uno de ellos describir la realidad que les rodea y no sólo la que quieren los medios de comunicación y el Gobierno que veamos? El problema de Guatemala se llama muerte de conciencia colectiva, que como sociedad debiéramos tener, pero todos callamos cuando esta conciencia era lentamente (y a menudo de manera muy intensa) exterminada. Quién protesta por el asesinato e incineración de los diputados salvadoreños (salvo un puñado de personas que escribe en comentarios de medios de comunicación y algunas veces nada más para lanzar improperios) del mismo modus operandi que han tenido con otros casos en el pasado reciente como el empresario postal que junto a cuatro empleados de seguridad más fueron asesinados de manera similar, los jóvenes que fueron ametrallados en la entrada del Liceo Javier, y seguido de un largo etcétera, multiplicado hasta llegar a más de doscientas mil víctimas que llevamos desde que Guatemala quedó a manos de EEUU (que no le interesa ni en lo más mínimo erradicar ni la corrupción, ni el narcotráfico ni absolutamente nada de los males que tiene nuestro país) en 1954 y de la camarilla de derechistas que con la perorata del "comunismo internacional" (que consistía en competir con la United Fruit en un sentido más capitalista y no digno de una sociedad feudal como en ese entonces) que fue denunciado solitariamente en la conferencia de Caracas en 1954 por Guillermo Toriello habló de la salvaje andanada que tenía el gobierno gringo en contra de un país de apenas 2.7 millones de habitantes en ese entonces dada la "amenaza que representaba", pero ahora por qué no movilizan a su poderosa fuerza militar para detener al 70% de la droga que ingresa a su país y que según sus propios reportes pasa por el país sin que nadie la detenga (ridículamente se consignaron algo así como cinco quintales en todo el último año contabilizado) -bueno al cabo que no le interesa combatirlo, porque con ello mantiene estupidizada a su población, llenas las cárceles de negros e inmigrantes latinoamericanos y tener a todo el mundo comprando armas y teniendo cada vez más policías- BUEN NEGOCIO NO?
Pero volviendo al punto, por qué no se hace nada en Guatemala? porque las voces que pudieran hacerlo simplemente no viven, fueron acalladas o viven en la diáspora que nos toca vivir a más de una sexta parte de la población de nuestro país. Hasta ahora, con el desgobierno del agricultor devenido en presidente O. Berger, se han dado cuenta que no era cuestión de Portillo, los milicos o los mareros, sino que es el mismo aparato gubernamental-militar que se ha ocupado en defender los privilegios de unos cuantos del peligro que representan 80% de pobres -con la mitad en extrema pobreza- quienes son los mayores delicuentes, contrabandistas (Moreno y Portillo, un ejemplo más) secuestradores y narcotraficantes que han asentado sus reales sobre nuestro pequeño país. Pero a quién realmente le interesa? por qué no se leen opiniones en los medios de comunicación -por cierto algunos de ellos propiedad de un delincuente internacional residente en Miami-, nada más las ya conocidas noticias superficiales, sin análisis con invocaciones de carácter supramaterial para que nos resuelva todo. Por qué tuvo tanto éxito A. Hitler? pues en un principio no tuvo que matar (por lo menos abiertamente). Porque exiló, persiguió a la gente que podría ser (y era) la conciencia de Alemania y así fue como un país de 80 millones de habitantes, que había dado a más de la tercera parte de Premios Nóbel (hasta 1933), cuna de Goethe, Beethoven, Haendel, se convirtió con la Kristalnacht en un símil del planeta de los simios, con la persecución de judíos, gitanos, y arrastrales sin que nadie al final opinara lo contrario, a la mayor conflagración que ha conocido la humanidad. Y el mismo experimento se llevó a cabo existosamente en Guatemala, eliminando los obstáculos hasta conseguir que 13? 14? millones de personas simplemente asistan impasibles a la degradación del estilo de vida cristiano occidental para convertirse en una parodia tribal del paleolítico (con el perdón de cualquier tribu del pasado y remoto Paleolítico que hubiera podido sentirse aludida con tan ofensiva comparación). Espero que esta catársis político social, sea leída, analizada, criticada pero por sobre todo tolerada en un país que lo que ha perdido es el sentido ee Nación con la importancia que se merece cada uno de sus hijos.
By Anónimo, at 2:29 p.m.
Para el anterior mensaje no soy anónimo mi nombre es Jorge García y mi dirección de correo es jogarciam@hotmail.com, lo que sucede es que no permite incluir los datos personales al carecer de una ventana para hacerlo.
By Anónimo, at 2:31 p.m.
Por último un poema para recordarnos que lo timorato y apocado puede llevar a la peor de las tiranías: a la que se llega por la Apatía Política
Atribuido a Martin Niemöller (colaborador inicial de los nazis pero después un crítico de ellos):
"Als die Nazis die Kommunisten holten,
habe ich geschwiegen;
ich war ja kein Kommunist.
Als sie die Sozialdemokraten einsperrten,
habe ich geschwiegen;
ich war ja kein Sozialdemokrat.
Als sie die Gewerkschafter holten,
habe ich nicht protestiert;
ich war ja kein Gewerkschafter.
Als sie mich holten,
gab es keinen mehr, der protestieren konnte"
"Cuando los Nazis vinieron por los comunistas,
Yo permanecí callado,
Yo no era un comunista.
Cuando encarcelaron a los socialdemócratas,
Yo permanecí callado;
Yo no era un social demócrata.
Cuando vinieron por los sindicalistas,
Yo no dije nada;
Yo no era un sindicalista.
Cuando ellos vinieron por mí,
no había nadie que hablara por mí"
Jorge García
jogarciam@hotmail.com
By Anónimo, at 2:42 p.m.
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