Diccionario de amantes
Esta debilidad mía es conocida por amigos y parientes, quienes no dudan en poner tentaciones a mi alcance para que siga disfrutando tiempos íntimos de enriquecimiento conceptual y deleite al di la de los sentidos. Uno de ellos es Philippe Hunziker, responsable de Sophos, ese vital espacio cultural de nuestra complicada capital, quien hace unos días hizo llegar a mis manos y mis ojos el “Diccionario del amante de América Latina”, una de las más recientes recopilaciones de ensayos de Vargas Llosa, que nos remonta a sus lectores hasta su etapa socialista de los años sesenta del siglo pasado.
Este esclarecedor libro me permitió conocer mejor a este prolífico autor, y admirar aún más su honestidad intelectual que lo hizo reconocer sus errores de juventud y enmendarlos en su adultez, buscando influir con sus reflexiones para bien del avance real en la calidad de vida de la gente más frágil de nuestra sociedad global. Habitantes o no de esa paradójica región llamada América Latina.
Dejo que el Amante hable por sí solo: “Sobre el latinoamericano pesa, como una lápida, una vieja tradición que lo lleva a esperarlo todo de una persona, institución o mito, poderoso y superior, ante el que abdica de su responsabilidad … Sin el terreno abonado por la tradición centralista, en América Latina no hubiera echado raíces tan pronto, ni se hubiera extendido tan rápidamente hasta contaminar con sus tesis a tantos partidos políticos, instituciones y personas, esa corriente de pensamiento, keynesiana en apariencia y socialista esencial, según la cual sólo la hegemonía del Estado es capaz de asegurar un rápido desarrollo económico… Todos los gobiernos de las últimas décadas, de derecha o de izquierda, han gobernando condicionados por sus tesis”.
Brillantes y controversiales razonamientos. Aunque soy consciente de que cuando una persona opina de forma clara y explícita, y si esas opiniones no son populares, irremediablemente se ve envuelta en polémicas.
Y, como Vargas Llosa, creo que quienes siguen hablando de izquierdas y derechas se equivocan. Total, es más lo que ambas tienen en común que aquello que las diferencia. Insistir en éstas es ir en contra de la vía del progreso.
Sin duda, se ama apasionadamente a personas concretas: no en abstracto. Pero también nos podemos enamorar de las ideas, de las palabras y de los principios que nos sustentan. En fin, el amor es un sentimiento inexplicable. Y, la mayoría de las veces me pregunto, ¿para qué buscarle explicaciones?
Artículo publicado en el diario guatemalteco “Siglo Veintiuno”, el lunes 26 de febrero de 2007.
Etiquetas: América Latina, derecha, Diccionario del amante de América Latina, gobierno, izquierda, Mario Vargas Llosa
1 Comments:
(Una vez mas mil y un perdon pido por los errores en redaccion)
Muy interesante el parafo de la lapida que pesa sobre el latinoamericano pero es ese peso precisamente el que me hace reacccionar en pensamiento y en palabra porque ya no lo aguanto. No es posible que tenga que vivir una vida de deseo una vida de idiotes politica, de invisibilidad.
Un dia no lejano a este espero y es mi ferviente oracion que nuestra nacion se lavante de la inercia politica y que en verdad podamos los padres de familia y los estudiosos amantes de la verdad gritar a todo pulmon LIBRE AL VIENTO TU HERMOSA BANDERA Y GUATEMALA ES TU NOMBRE INMORTAL
Gersonrod.
Keep going strong and thanks for sharing your ideas with us.
By Anónimo, at 2:53 p.m.
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