Los burócratas del Banco Mundial (BM) y sus cuentas
monetarias. Eso, por supuesto, si logran que la manipulación por parte de
varios medios de comunicación fuerce a la mayoría de diputados a aprobar el préstamo
por 100 millones de dólares. Y aunque algunos diputados crean que también van a
crecer sanas sus finanzas, al asignar
parte de los fondos que esperan que ingresen, a entes gubernamentales que les
faciliten robarse el dinero, estos últimos quedarán burlados. Como en múltiples
ocasiones anteriores, los desembolsos se harán a cuenta gotas y apenas una
parte de estos, ya que es poco probable que al final los burócratas del BM
quieran compartir los cada vez más escasos fondos con los corruptos locales de
turno en el ejercicio del poder.
Los desembolsos
que seguro sí harán, aunque nunca entrarán a las cuentas manejadas por nuestros
gobernantes, son los de los fondos destinados a las consultorías, supervisiones, ejecución de informes… O sea, todos
aquellos rubros destinados al
personal del mismo BM que se hará cargo de los menesteres listados que, como es
obvio para los bienintencionados que apoyan el constante endeudamiento de los
guatemaltecos para asuntos sociales,
son vitales para combatir la
desnutrición crónica, en especial la de los niños menores de 2 años. ¡Qué
nobles almas! Me impresiona su sacrificio.
En fin, ironías al margen, el tal préstamo no servirá para
nada positivo en el largo plazo. No obstante, el aumento de nuestra deuda
estatal, lo único que logra en el largo plazo es poner más peso en los ya
recargados hombros de la gente productiva de nuestro país, lo que en lugar de
mejorar la calidad de vida de todos, la obstaculiza, llevando a más de nuestros
compatriotas a tomar la difícil decisión de emigrar a EE.UU. ante la falta de
oportunidades en nuestro país.
No tengo ninguna duda de que este préstamo será un total
fracaso para combatir la desnutrición de los niños, los cuales son una simple
excusa para mantener el crecimiento sano
de los que viven de nuestro impuestos, sean parásitos locales o extranjeros. Solo
durante los 6 años recién pasados, se han gastado más de 30 mil millones de
quetzales en programas que se suponía iban a ayudar a aliviar la desnutrición
infantil y el hambre. Sin embargo, según muestra una estudio presentado por la
FAO el año pasado y los mismo datos proporcionados por el gobierno, ese gasto
multimillonario no logró aliviar en prácticamente nada los flagelos que se buscaba
combatir.
Al final, el problema no es de dinero asignado dentro del
presupuesto estatal a combatir la desnutrición y el hambre: ya varios miles
tienen asignados sin necesidad de endeudarnos más. El origen del problema está
en la desnaturalización de las funciones del gobierno, el creciente aumento de
obstáculos a la creación de riqueza y, por tanto, de trabajos productivos que
permitirían a los más pobres superar esa pobreza y mejorar su calidad de vida. Lo
que necesitamos es desparasitarnos de tanto vividor de la miseria y del trabajo
ajeno.
Artículo publicado en el diario guatemalteco “El Siglo”, el
lunes 11 de febrero de 2019.
Etiquetas: Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento, Banco Mundial, BIRF, corrupción, desnutrición, deuda pública, FAO, gobierno, hambre, préstamos
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