Los politiqueros en el ejercicio del poder, junto con la
burocracia parasitaria nacional y supranacional, elevaron el botín para 2019 a
casi Q88 millardos. Los esquilmados, como todos los años, seremos los
tributarios. La mayor parte de nuestro dinero será despilfarrado en la buena
vida que se dan los gobernantes y los burócratas del Banco Mundial, del FMI,
del BID… y en el mantenimiento de una enorme cantidad de empleados
gubernamentales que, la mayoría, vegeta dentro de la estructura estatal.
Hace dos semanas, los diputados aprobaron el Acuerdo 23-2018
que fijó el presupuesto del Organismo Legislativo en Q792 millones 36 mil; el
de la PDH en Q100 millones; el del PARLACEN en Q13 millones; y el de la Corte
Centroamericana de Justicia Q2.4 millones. Entre los incrementos más
significativos se encuentran, en el renglón 131, los viáticos al exterior, que
tendrá un aumento de Q1 millón 43 mil. El renglón 151, que es para el
arredramiento de edificios y locales, también tuvo un incremento de Q4 millones
22 mil 500, mientras que en el renglón 171 para el mantenimiento y reparación
de edificios se hizo un aumento de Q16.7 millones.
En fin, el partido oficial
consiguió los votos suficientes para aprobar el presupuesto. Desconozco, a
ciencia cierta, las negociaciones que han de haber habido para ese cambio, pero
no nos debe extrañar que sean similares a las que mencioné en mi artículo de la
semana pasada, basada en una investigación de elPeriódico, según la cual el
objetivo de varias de las modificaciones al presupuesto es poner fondos adicionales de éste a disposición
de familiares y amigos de los diputados que han apoyado al Presidente. No me va
a extrañar que la distribución del listado geográfico de obras favorezca los
intereses de los diputados que votaron a favor del presupuesto.
El año entrante es un año electoral, por lo cual los
funcionarios intentarán utilizar parte del presupuesto, en particular los
fondos del Ministerio de Desarrollo, para tratar de comprar votos. Sin embargo,
en Guatemala las experiencias pasadas muestran que los anteriores intentos en
ese sentido han fallado. Lamentablemente, los políticos se siguen engañando
creyendo que de esa manera tendrán el apoyo de los votantes, y lo único que
logran es despilfarrar el dinero de los tributarios.
Como he escrito en otras
ocasiones, la
corrupción es autorizada y legalizada por los diputados por medio del
Presupuesto. El robo de nuestros impuestos se da en la ejecución del Presupuesto de malgasto y despilfarro de los
politiqueros en el ejercicio del poder: el Presupuesto General del Estado, que no es más que la forma en la
cual oficializan la repartición del botín. El botín, el cual es mantenido por
nosotros por medio de los impuestos que somos obligados a tributar: el fruto de
nuestro trabajo que nos es expoliado.
Artículo publicado en el diario guatemalteco “El
Siglo”, el lunes 3 de diciembre de 2018.Etiquetas: burocracia, corrupción, Milton Friedman, parasitismo, presupuesto
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