Casi todos mis días comienzan con un viaje virtual alrededor del mundo en búsqueda de la verdad de los hechos que considero relevantes para el progreso del ser humano. El motivo del periplo cibernético es tener una idea más amplia, estar mejor informada y tomar mejores decisiones. Eso me permite juzgar en la justa medida los acontecimientos que nos afectan más de cerca a quienes hemos elegido vivir en Guatemala. Distanciarme lo más posible de la hipocresía y la doble moral de aquellos que, ya sea por intereses espurios, información falsa (por poca investigación), prejuicios ideológicos o emociones irracionales (resentimiento o envidia) falsean la realidad y se dedican a adular a los gobernantes.
Para mí, orgullosa representante de mi especie, es el hombre el animal más extraordinario que ha pisado la Tierra. El único creador de una civilización e, irónicamente, también destructor de lo creado por otros. Quiero resaltar que, al menos hasta hoy, han sido más las personas productivas que los parásitos que viven de los primeros, y gracias a esto es que, a pesar de la carga que representan los segundos, continuamos avanzando. Sin embargo, esta tendencia puede fácilmente cambiar. Digo lo anterior ya que en toda comunicación honesta, el receptor (en este caso usted) debe saber cuáles son los propósitos verdaderos del emisor (en este caso yo).
Como ya es conocido, la semana pasada el gobierno de Otto Pérez Molina logró que se aprobara de manera irregular, probablemente ilegal, un nuevo aumento de impuestos para aquellos que ya pagamos la mayoría de tributos que malgastan y se roban en gran parte quienes ejercen el poder y sus allegados. Como prueba de lo último me remito a todas las denuncias que presentan ciudadanos y burócratas estatales casi todos los días.
¿Será posible que tan pronto los miembros del Partido Patriota, con el apoyo de los diputados de otros partidos a quienes les llegaron al precio justo, firmaran la sentencia de muerte del partido que hace poco más de un mes empezara a gobernar en Guatemala? Sin duda, su ambición y la falta de visión de largo plazo son las más obvias explicaciones al tremendo error que cometieron.
La aprobación del paquetazo fiscal no es nada más que una victoria pírrica que al final pagarán muy cara. ¿Será que somos testigos del próximo deceso de otro partido más en nuestro país? ¿Podrán requiescat in pace los miembros del Partido Patriota? Lo único que espero, y por eso trabajo, es que en su posible agonía y consecuente muerte no nos lleven con ellos. En Guatemala hay muchos que merecemos otro destino. En Guatemala siguen habiendo más creadores de riqueza que parásitos y saqueadores. ¿Qué hace falta que suceda para que nos unamos, actuemos y cambiemos el sistema vicioso y perverso dentro del cual vivimos hoy por uno virtuoso que nos permita disfrutar del fruto de nuestra mente, el fruto de nuestro propio trabajo y riesgo?
El presente artículo fue publicado el lunes 20 de febrero de 2012 en el diario guatemalteco Siglo Veintiuno. El autor de la imagen es Melingo Wagamama.
Etiquetas: civilización, gorrones, Guatemala, impuestos, Otto Pérez, Partido Patriota, tributarios
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