Principios / Marta Yolanda Díaz-Durán A.

12.13.2010

Liberleaks @mydda


Como afirmaba en mi artículo pasado, me fascina vivir en la época mía. Un tiempo de cambios tan rápidos que para muchos pasan desapercibidos y, casi sin sentirlo, sin darse cuenta, se quedan varados en el olvido del pasado.

Del presente, una de las opciones de comunicación que frecuento es Twitter. A mí, el ser parte de esta red social virtual me ha permitido intercambiar de una manera más cercana con lectores de mis columnas y oyentes de mis programas. Mis amigos invisibles, pero siempre presentes. Y, claro, inevitablemente, un par de supuestos enemigos, masoquistas ellos, quienes me divierten con sus comentarios infantiles y sus irracionales acciones, comenzando por su decisión de seguirme.

Por lo general suelo estar muy activa por la mañana, desde muy temprano, cuando aprovecho a tomar un capuchino cuádruple, leer los diarios y consultar medios internacionales para enterarme de la evolución de los hechos trascendentes y, por supuesto, de las nuevas noticias que recién se empiezan a gestar.

Después de desearles “libertarios días” y de tuitear la temperatura que impera en la frontera sureste de Guajantan, procedo a compartir con mis followers mis primeras impresiones de lo leído. Y algunos de esos tuits quiero compartir con ustedes hoy, porque creo que nos pueden ayudar a aclarar nuestras ideas: a separar lo falso de lo verdadero para que tomemos mejores decisiones, tanto en nuestra esfera privada como en la pública. Omití por seguridad y respeto a la intimidad de mis interlocutores sus nombres y agrupé los mensajes por tema. Es lo siguiente nomás una pequeña muestra de un solo día:

“@xx La información no es libre. Libre es el ser humano. La información es poder. ¿Cómo vamos a usar la información con la que hoy contamos gracias a Wikileaks? Información que muestra la esencia de la política y quiénes son verdaderamente los que ejercen el poder, no sólo los gobernantes de USA. Wikileaks es mucho más que simplemente libertad de expresión. Es la posibilidad de fiscalizar y limitar el ejercicio del poder”.

“Es lamentable la ignorancia de varios columnistas de la era del performance que se alegran, como lo hace Rafael Espada, de la aprobación de la LED (Ley de extinción de dominio). Los mismos columnistas que apoyaron la ley antiadopciones que hoy se evidenció como una condena para los huérfanos en Guatemala. La mentira siempre es despreciable. Es lamentable que se confunda el respeto a los derechos individuales con aceptar la mentira. No es sólo cuestión de ‘querer hacer el bien’. Es cuestión de saber qué ES el bien”.

“@xx Respeto la vida, la libertad y la propiedad de todos. Pero desprecio y denuncio la mentira y la farsa. Lamentablemente por el miedo al qué dirán muchos se callan y se dejan manipular. Un motivo más por lo que vamos de mal en peor. Ningún tinte amarillista. Es la verdad sin adornos que sin duda molesta. Si seguimos falseando la realidad, ¿dónde vamos a acabar?


Artículo publicado en el diario guatemalteco “Siglo Veintiuno”, el lunes 13 de diciembre de 2010. La imagen la bajé de la Internet.

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