Principios / Marta Yolanda Díaz-Durán A.

8.16.2010

Lucky day


¡Me encantan los viernes 13! ¿Será porque es un día que se presta para cuestionar prejuicios sin bases en la realidad? ¿Esa que tantos se empeñan en negar dañándose a sí mismos y al resto? Eso incluye en especial el ámbito de las ideas que, les guste o no a algunos, tienen consecuencias. Por eso es vital separar las premisas falsas de las verdaderas. Separar las intenciones, sean buenas o malas, de los resultados alcanzados. Reconocer que los segundos son más importantes y dependerán de la falsedad o certeza de nuestras creencias.

Por ejemplo, entender el capitalismo es entender la acción humana y respetar nuestra naturaleza, no intentar cambiarla como lo hacen los socialistas y los creyentes en mitos que, como el viernes 13, no tienen sustento en la realidad. Conocer la diferencia entre el empresario y el mercantilista va intrínsecamente unido al enunciado primero de este párrafo.

Los ciudadanos debemos recordar que nosotros les delegamos, no entregamos, a los gobernantes el poder, por eso debe ser limitado su ejercicio. No caer en las trampas de los políticos: en sus discursos populistas y complacientes, cuyo principal objetivo es captar los suficientes votos para ejercer el poder. Que no nos convenzan con su falso canto, como lo intentaron las sirenas que tentaron a Odiseo. Una vez adultos debemos asumir la responsabilidad de nuestra vida. No debemos pensar que la responsabilidad que asumieron nuestros padres cuando éramos niños, ahora la contraigan el Presidente, los diputados, los jueces. Ellos tienen funciones específicas, y es a esas funciones a las que se deben dedicar. Son ellos quienes deben temer a los ciudadanos para que no abusen del poder, y no nosotros, los ciudadanos, a los gobernantes.

Soy creyente en la protesta valiente, pero siempre pacífica, dentro de la libertad que aún respeta el régimen de legalidad existente, que al menos en el caso de Guatemala, todavía nos permite legalmente recuperar el terreno que hemos perdido en el campo de los derechos individuales. Protesta que respeta los derechos de los otros, que no inicia el uso de la fuerza contra los demás.

En Guatemala necesitamos algo más que infraestructura. Menos si ésta es construida por el abstracto Estado, que termina siendo administrado por oportunistas y gorrones que construyen casas de cartón, las cuales cobran como si fueran elaboradas con granito y mármol. No se diga de las carreteras, los puentes, las escuelas… Más que edificios, necesitamos esperanza, como dice Evey, la protagonista de “V for Vendetta”. Necesitamos ProReforma.

"Cada ser humano es un fin en sí mismo, no el medio para los fines de otros. Debe existir por su propio esfuerzo, sin sacrificarse a otros ni sacrificar a otros para sí. La búsqueda de su propio interés racional y de su propia felicidad es el más alto propósito moral de su vida". Palabras de Ayn Rand. En fin, ¡otro viernes 13! de buena suerte para quien sabe que su vida depende de sí mismo y las decisiones que tome.

Artículo publicado en el diario guatemalteco “Siglo Veintiuno”, el lunes 16 de agosto de 2010. La imagen es la primera página de la resolución de la Corte de Constitucionalidad, la que recibí el viernes 13 de agosto pasado (el mismo día que este escrito fue concebido) en la cual me notifican que rechazaron mi solicitud de amparo. En una futura columna voy a analizar las consecuencias que el dictamen acarrea al artículo 35 de la Constitución, la cual de nuevo es violada y debilitada por los mismos magistrados llamados a defenderla.

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