Principios / Marta Yolanda Díaz-Durán A.

6.08.2010

Tragikós


Quién todavía se sorprende ante la tragedia vivida por miles de habitantes de Guatemala, después de la más reciente erupción del volcán de Pacaya y del paso por nuestro territorio de la Tormenta Tropical Agatha. Al fin, era una catástrofe anunciada y esperada en ambos casos. Y lo trágico no son los fenómenos naturales inevitables. Lo trágico es que no se ha creado en nuestro país la suficiente riqueza para enfrentarlos.

Un sistema de incentivos perversos, como el de Guate, puede llegar a casi eliminar el deseo humano de vivir la mejor vida posible. El Estado Benefactor es un sistema de incentivos perversos: logra que muchos se acomoden a vidas mediocres y miserables. Vidas servidas. Y a quienes desean trabajar, producir y arriesgar, el sistema mencionado les hace los objetivos listados casi imposibles de alcanzar, a menos que se cuente con la venia y el favor de los gobernantes. ¿Cuántas muertes se hubieran evitado si viviéramos dentro de un sistema normativo de incentivos correctos?

Por cierto, ¿cuántos de los que se dan de golpes en el pecho ante la calamidad están salivando de la emoción de todo el dinero de los tributarios que van a malgastar los gobernantes?

Muchas preguntas me surgen a partir de los hechos mencionados. Por ejemplo, en el caso de la gente que decidió no abandonar sus casas a pesar de ser conscientes de los riesgos, ¿es justo evacuarlos a la fuerza? ¿Es justo obligar a alguien a hacer algo por su bien, cuando sus elecciones no violentan los derechos de otros, sólo porque esos otros decidieron por ellos qué les hace bien? Según Antonio Carrera, experto en manejo de emergencias de la Universidad de Texas, sí. Según yo y el respeto que debemos a todo individuo, no. ¿Debo decidir quién vive, aun contra su voluntad? ¿Decidir cuáles deben ser las prioridades de los otros? ¿Obligar a los demás a vivir a partir de mi escala de valores? Puedo intentar persuadir a alguien, pero ¿tengo derecho a imponerme sobre su libertad, su vida y su propiedad?

¿Es legítimo decidir por otros a partir de nuestras elecciones particulares? ¿Ir en contra de sus decisiones? ¿Acaso no es esa la principal justificación, entre otros, para la criminalización de las drogas? “Lo hacemos por el bien de los drogadictos”. Y por el bien de los criminales que no les importa la legislación y les da la oportunidad de enriquecerse. Y el crimen no es la producción, distribución y consumo de estupefacientes. Crímenes son los asesinatos, las violaciones, los secuestros, las extorsiones… alrededor de las actividades antes mencionadas.

Debemos involucrarnos activamente en el cambio de normas bajo las cuales actuamos en nuestra sociedad para que se reduzcan al mínimo las tragedias evitables, recordando que no podemos cambiar para bien la situación actual si falseamos la realidad. Hay que ser "políticamente incorrectos" y hacer simplemente lo correcto y denunciar los abusos de los gobernantes. Acabar con los privilegios. Qué sea aprobada ProReforma.

Artículo publicado en el diario guatemalteco “Siglo Veintiuno”, el lunes 7 de junio de 2010. La fotografía fue publicada por el diario guatemalteco “elPeriódico” el lunes 7 de junio de 2010 y fue tomada por Jesús Alfonso.

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