Los Musa
Khalil Musa y su hija Marjorie Musa fueron asesinados el 14 de abril de 2009. Rosenberg, a partir de esa fecha, se dio a la tarea de averiguar cuáles fueron los motivos y quiénes eran los responsables de la muerte violenta de dos personas a quienes apreciaba, tal y como atestiguan aquellos que los conocieron. No sabía en el lío que se metía, el cual le iba a costar su propia vida. Los descubrimientos que hace el abogado asesinado, confirman lo que ya sabíamos, y eso que apenas muestran una pequeña parte de toda la porquería que circula desde las más altas esferas del poder, hasta toda la red de achichincles necesaria para que unos pocos se enriquezcan a costa del resto.
El asesinato de Rodrigo Rosenberg es sólo una consecuencia del asesinato de los Musa. ¿Por qué somos muy pocos quienes todavía recordamos éste hecho? ¿Por qué Carlos Castresana, el todopoderoso jefe de la CICIG, lo ignora flagrantemente y con excusas poco creíbles hace caso omiso de la denuncia de Rosenberg? ¿Por qué el Presidente Álvaro Colom conoce intimidades sobre un crimen en el cual él es uno de los acusados? ¿No es esa una tremenda falla en cualquier proceso de investigación? ¿Será por eso que se congratula con el trabajo de Castresana y lo apoya? Al fin, a Castresana sólo le interesa mantener su puesto y distraer a la afición chapina, algo fácil de lograr.
Y mientras, en el país del eterno caos y la perenne agonía, Colom amenaza con despedir burócratas que, si lo analizamos racionalmente, sería un alivio para los tributarios, ya que una gran cantidad de personas están contratadas para pagar las facturas de la campaña política, porque son familiares de algún polítiquero en el ejercicio del poder o son parte de la red de ladrones ya mencionada que saquean nuestros bolsillos todos los días amparados en la legislación casuística que impera en Guatemala. Legislorrea, como la llamó Voltaire, que abunda por estos lares y cuyo único objetivo es darles más discrecionalidad a los gobernantes. Darles más poder que suelen utilizar para violentar nuestros derechos y enriquecerse a costillas de la gente laboriosa y respetuosa.
Artículo publicado en el diario guatemalteco “Siglo Veintiuno”, el lunes 14 de diciembre de 2009.
Etiquetas: Álvaro Colom, Carlos Castresana, Caso Rosenberg, CICIG, corrupción, Corte Suprema de Justicia, Khalil Musa, Legislorrea, Marjorie Musa, Rodrigo Rosenberg, Voltaire
1 Comments:
Tienes razon en lo q dices. Todo es una llamarada de tusas,el caso de la Musa.
No olvido el mensaje del valiente Rosenberg "TENEMOS Q HACER ALGO..."
Se pasan las horas los dias los meses y luego los anllos y nada. Los paises ajenos y sus programs no son malos pero si hay gastos, como el de Castresana, q no contribuyen a hacer el cambio q ellos prometieron con la CICIG.Resulta q hoy por hoy la CICIG no es mas q un aparato ya obsoleto, desgastado parte del corrupto sistema disque democartico de Guatemala.
Castresana es un demagogo y ladron porque se le da un sueldo para q trabaje y cumpla con un mandato y no lo hace.
Pienso q ese algo a hacer del q habla Rosenberg es demandar q las instituciones funcionen. Funcionen o se larguen o cedan el espacio a alguien q si se gane su salario ejerciendo los poderes q le son conferidos pra resolver problemas y casos; para q el sistema democratico deje de ser la mas grande falacia de estos ultimos dias. "Hay que hacer algo.." el eco es fuerte, Rosenberg aun vive!
Gerson
By Anónimo, at 11:58 p.m.
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