Principios / Marta Yolanda Díaz-Durán A.

4.07.2008

Tributos cósmicos


Según noticias recientes, que reciclan discursos de siempre, un grupo de tecnócratas guatemaltecos halló un gran vacío tributario en las arcas públicas que, dicen, asciende a miles de millones de quetzales. Por cierto, parece que el vacío no contiene agujeros negros (ya resucitaron el IETAAP), anunció el equipo director del Ministerio de Finanzas.


Por otro lado, investigadores privados desde hace tiempo descubrieron y denunciaron que hay en nuestro país millones de personas viviendo con pocos recursos para llevar alimento a su boca y la de sus hijos. Un vacío mucho mayor al que muchos hubiesen podido imaginar. Un vacío enorme, como el de las almas en penitencia en el Congrueso. "Esto es mil veces más grande de lo que hubiésemos esperado", observó un profesor de historia que prefirió guardar el anonimato, ante las posibles represalias que pudiera enfrentar por parte de grupos de presión, interesados en mantener en la miseria a toda esta gente, ya que si se creara riqueza y lograran superar la pobreza, los líderes de tales grupos se quedarían sin trabajo e ingresos.

Sin embargo, y a pesar de la realidad de la mayoría de habitantes de Guatemala, Juan Alberto Fuentes, el caballero de los impuestos, y su fiel escudero, Carlos Barreda, ambos obedientes servidores de los dictados de los organismos financieros supranacionales (FMI, BID, BM, CEE…) consideran que es necesario aumentar la carga tributaria para llenar el supuesto vacío descubierto en las finanzas del abstracto Estado. Vacío que, opinan, les impide cumplir con sus obligaciones. ¿Cuáles obligaciones y en beneficio de quién?


Esa convicción del primero y el segundo a bordo del MINFIN de aumentar impuestos sin importar los costos que esta decisión conlleva, y los sacrificios sin sentido que implican para la sociedad en general, en especial para los más pobres de ésta, nos lleva de nuevo a una discusión que parece interminable. Por cierto, ¿acaso no es sospechoso que esa nave eternamente está a punto de hundirse y al final siempre sale a flote? Claro, a costa del hundimiento de otros, léase los tributarios.

En fin, para solucionar los problemas más sentidos ¿o acaso el vacío en el estomago no se siente? de los seres conscientes y concretos de nuestra sociedad, o sea, los humanos, por si no quedó claro, lo que se necesita es precisamente lo contrario a lo propuesto por Fuentes y Barreda. No necesitamos más impuestos, necesitamos más inversiones que creen fuentes de trabajo productivo para todos aquellos que estén dispuestos a trabajar y ser responsables. Listos a echarle ganas al chance porque desean mejorar su calidad de vida. Y para atraer esas inversiones lo que necesitamos es eliminar gravámenes directos que castigan el capital. Tributos empobrecedores para la mayoría, menos para los políticos, a quienes terminan engordando. ¿Perderán la razón, las evidencias y el sentido común esta batalla?



Artículo publicado en el diario guatemalteco “Siglo Veintiuno”, el lunes 31 de marzo de 2008. La fotografía la tomé el 1 de noviembre de 2007 en el cementerio de Santiago Sacatepéquez, y me pareció ideal para el tema: que Dios nos libre de la plaga de los impuestos, que mata las posibilidades de progreso para millones de personas.

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