Principios / Marta Yolanda Díaz-Durán A.

12.24.2007

Nacidos, nunca escondidos


Una vez nacidos, no tenemos dónde escondernos. Y, mucho menos, escondernos de nosotros mismos. Total, la vida no es cuestión de encontrarse: basta verse en un espejo para reconocernos y encontrarnos. Digo, por si acaso usted conoce de un evento sobrenatural en el cual alguien se perdió de sí mismo, valga la ironía. Lo que generalmente cuesta decidir es qué queremos hacer con nuestra vida, cuáles son nuestras metas y cómo podemos alcanzar el más ansiado fin humano: ser felices. Crearnos y recrearnos con cada decisión tomada, con cada acción realizada.

Vivir nuestra vida es un hecho que sólo usted y yo, en lo individual, y cada hombre y cada mujer que respira con nosotros en la tierra, podemos hacer por nosotros mismo. Reflexión que no implica que vivamos nuestra vida solos, como ermitaños, ascetas, alejados del resto de miembros de la sociedad. Casi todos necesitamos de los otros para alcanzar nuestros objetivos y ser mortales prósperos. Claro, alguno existirá que se considera inmortal, y deja para otro día, que nunca llega, la vida y todo aquello que representa vivirla. Pero lo que es indiscutible es que nadie más vive la vida por nosotros: hermosa tarea personal.

“Quando sei nato non puoi più nasconderti”: título de un largometraje de Marco Tullio Giordan, inspirado en un inclasificable libro de Maria Pace Ottieri, que narra las vicisitudes de un grupo de emigrantes que esperan llegar a Italia para cambiar sus destinos. Vidas miserables si se quedan en su lugar de origen, países del tercer mundo. Personas que prefieren ser inmigrantes ilegales en otro Estado, antes de seguir siendo pobres con nacionalidad, pero desdichados. Nacionalidad que no les representa beneficios.

Emigrar, a pesar de los peligros y riesgos que enfrentan, representa un renacer para quienes el presente gris ofrece un futuro negro, ausente de color. Aunque algunos llegan a pagar la osadía de desafiar a los gobiernos de los países desarrollados con su propia vida, todos esperan encontrar un mejor mañana en tierra ajena. De otra manera, nunca se arriesgarían.

“Quando sei nato non puoi più nasconderti”, frase que me invitó a reflexionar sobre la fracasada intención de algunos de emigrar de sí, buscando refugio en excusas, falsedades y apariencias que les permitan tolerar su cobardía de enfrentar la vida y sus consecuencias. ¿Creerán que son capaces de huir de su conciencia? Podrán tener éxito engañando a otros. Podrán engañar a todos, pero, ¿cuántos lograrán engañarse a sí mismos? Su resentimiento, su amargura, sus complejos, los llevan dentro. Muchos eligen amargar la vida de los demás para que nadie les recuerde que sí se puede ser feliz. Cerca de nosotros encontramos personajes de este tipo. Algunos llegan a gozar de algún poder que les permite obstaculizar la existencia de otros. Sin embargo, al final, no olvide: la última palabra sobre su vida y cómo vivirla, la tiene usted. Utilícela.


Artículo publicado en el diario guatemalteco “Siglo Veintiuno”, el lunes 24 de diciembre de 2007.


La fotografía fue tomada por María Dolores Arias, el lunes 3 de diciembre de 2007, en el MOMA de Nueva York. En ella aparece mi silueta como parte de una de las más recientes muestras de artistas japoneses.

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