Ni solo color esperanza
ni solo color naranja. Imagínense a
todos los motociclistas con un chaleco que llevara los siete colores del
arcoíris: desde el rojo hasta el violeta, pasando por el naranja, el amarillo, el verde, el azul y el añil. Una bella
imagen, permanente, que nos haría recordar diariamente ese hermoso fenómeno óptico y meteorológico producido
por los rayos del Sol cuando
atraviesan pequeñas gotas de agua contenidas en la atmósfera terrestre,
cuyo resultado visible es un espectro
de frecuencias de luz continuo en el cielo. Nos haría
suspirar a muchos… menos a los pobres individuos que tendrán que portarlo. Eso
sí, no habría discriminación: todos los colores de los partidos estarían
representados.
De todas formas hoy deben de portar un fúnebre chaleco negro
impuesto por Álvaro Colom, y que por disposición del Presidente del Ejecutivo,
Otto Pérez Molina y el Ministro de Gobernación, Mauricio López Bonilla, deberán
reemplazar casi ipso facto por uno
color naranja. Aquel que para el 16
de septiembre no haya cambiado al color que identifica al Partido Patriota
deberá atenerse a las consecuencias por semejante desfachatez.
Por supuesto que la excusa que dan es que el otrora conocido
como anaranjado simboliza la
seguridad… sí, principalmente la seguridad INDUSTRIAL. ¿Qué tiene que ver con
el abuso de uniformar a todos aquellos que circulan en una motocicleta? Por
cierto, quienes se han tragado el cuento
de los gobernantes olvidan que el uniforme naranja también lo portan los
presos. ¿Cuál de todos los significados del naranja
vamos a considerar correcto? Quedará a discreción de cada uno decidirlo. A lo
mejor a alguien le entretiene hacer un estudio semiótico sobre el naranja y lo que este color simboliza para
la mayoría de los guatemaltecos.
Pero, al final, lo más importante a discutir no es el color del chaleco, sino la obligación de
portarlo. ¿En qué contribuye a que haya más seguridad? ¿Qué sucede si un ladrón
roba el chaleco de un motorista? ¿Qué pasará con aquellos que asaltan a pie a los conductores de los vehículos
parados (motoristas incluidos) por el tránsito cada día más pesado? ¿También deberemos portar al
caminar por las calles un chaleco que nos identifique? ¿Qué número debiera ser visible (que no legible) en nuestro chaleco de caminantes?
¿El del DPI? ¿Y si tengo problemas
para sacar la nueva identificación en el RENAP? Si llevo una gorra en la cabeza,
¿debe ser visible mi número de
identificación? Absurdo. Un cambio de color en el chaleco de los motoristas no nos
brinda seguridad. Es una decisión prejuiciosa que viola derechos individuales y
clasifica a los motoristas como delincuentes.
Al menos con el Acuerdo Gubernativo 289-2013 eliminaron la
prohibición de que circule más de una persona en una motocicleta. Pero si
hubieran querido enmendar el error del gobierno anterior, simplemente debieron
derogar el acuerdo de Colom, no emitir uno nuevo. Otra decisión de Otto Pérez
Molina y su gente que nace muerta.
Fracasada.
Artículo publicado en el diario guatemalteco “Siglo
Veintiuno”, el lunes 19 de agosto de 2013. El collage lo elaboré con imágenes
que bajé de la Internet.
Etiquetas: Acuerdo 289-2013, criminalidad, inseguridad, legislación, Mauricio López Bonilla, motos, Otto Pérez Molina, tránsito
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