Principios / Marta Yolanda Díaz-Durán A.

6.17.2013

Quinceañeros



Recién cumplí quince años de dedicarme al periodismo de reflexión. ¡Quince años! Casi no lo puedo creer. Los reconozco porque los he vivido, aunque parece que fue ayer cuando entré por primera vez a una cabina de radio como conductora, en compañía de mi querido amigo Jorge Jacobs y a la par de Armando De La Torre. Fue precisamente el Doctor (como le llamamos muchos) quien nos invitó a acompañarlo en esta ¿locura?, por lo que le voy a estar agradecida toda la vida. Siempre me he preguntado si el motivo por el cual terminé haciendo radio fue por ser una estudiante que se pasó de atrevida y que probablemente hacía más preguntas de las debidas.

El lunes 16 de junio de 1998 fue el primer día que mi voz invadió las  ondas hertzianas. La ansiedad pretendía dominarme. No sabía cómo iba a terminar esa aventura en la cual me había embarcado. Menos sabía cuánto iba a durar. Hoy, todavía no tengo respuestas al respecto. Quiero creer que voy a continuar ad æternum compartiendo el camino de aclararnos las ideas con todos aquellos que, como yo, buscan la verdad. Que a pesar de que nos incomoda reconocer que nos equivocamos, agradecemos a quien nos ayuda a identificar nuestras premisas falsas, dejando en nuestras manos la decisión de cambiarlas por verdaderas.

Y, para colmo de alegría mía, el miércoles 24 de junio de ese mismo año salió publicado mi primer artículo (“El Pragmático”) en el diario Siglo Veintiuno, que sigue siendo la casa que acoge todas las semanas mis escritos. En estos quince años de compartir mi aprendizaje, mis reflexiones, mis dudas… con quienes me hacen el honor de escucharme o leerme, he cambiado. Un cambio para bien. He resuelto muchas contradicciones en este tiempo, y en el presente, además de estar más integrada, mi felicidad es más plena.

Sé que para varios es de mal gusto compartir públicamente anécdotas privadas. Aunque en este caso, pienso que es un hecho público porque ni escribo ni hago programas radiales en secreto y con el objetivo de que nadie lo sepa. Todo lo contrario. Quisiera que cada día fuéramos más los que nos atrevemos a pensar: a usar nuestra razón para identificar la realidad y cambiar lo que podemos cambiar, para bien de todos en el largo plazo.

Así que me puedo encontrar con este artículo en una zona gris que haga dudar a los puristas del periodismo, con quienes comparto algunos puntos. Sobre todo la necesidad de recobrar la misión del periodismo: la búsqueda de la verdad de los hechos. No la presentación de distintas opiniones. No. Esa idea políticamente correcta le ha hecho un daño enorme al importante oficio periodístico, convirtiendo a un sinnúmero de colegas en simples megáfonos de los gobernantes y de los líderes de los grupos de presión. Sin embargo, soy optimista y creo, como Gay Talese, que "el periodismo es una profesión honorable, y no estoy de acuerdo con quienes nos pronostican un futuro tenebroso, porque no hay nada más importante que la verdad". La senda que seguiré por el resto de mi existencia.


Artículo publicado en el diario guatemalteco “Siglo Veintiuno”, el lunes 17 de junio de 2013.

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