Principios / Marta Yolanda Díaz-Durán A.

3.15.2010

Aguas en marzo


Las aguas de marzo en Guatemala, suelen ser turbulentas, intensas, calientes. Alejadas de la armonía seductora de las brasileñas “Águas de Março” de Antonio Carlos Jobim. Y para nuestra mala suerte, no vemos un bello horizonte cercano ni las aguas de marzo nacionales cierran el verano con una promesa de vida en el corazón de la mayoría de habitantes del país. Más aún, muchos de esos habitantes dejarán de vivir, su corazón dejará de latir, por la viveza de nuestros gobernantes y su círculo cercano cuyo principal objetivo es vivir a costillas de los tributarios.

Marzo generalmente es un mes de muchos contrastes. ¿Será porque sube la temperatura no sólo del ambiente, sino también del temple de la gente? Y al hablar de temple, no me refiero a la sexta acepción que le da el DRAE a esta palabra. ¡Ojalá así fuera! Ojalá que en nuestro terruño muchos más actuaran con fortaleza enérgica y valentía serena para afrontar las dificultades y los riesgos que corremos. Más bien aplico el término “temple” a una parte del quinto significado reconocido por los académicos: “disposición alterada del cuerpo o del humor de una persona”. Marzo parece un mes en el cual los perturbados hacen sentir el olor asqueroso de su sudor por todos lados.

Sin embargo suelen ser las mañanas llenas de luz y esperanza. Azules color verano tropical, que no es igual al verano en otros lares ajenos a nuestro trópico. La ironía es que la fecha climática a celebrar es el equinoccio de primavera, día en el cual conmemoro mi nacimiento y celebro mi contrastante existencia. Mes de sentimientos encontrados. Mes de emociones extremas que van desde una intensa alegría hasta una frustrante cólera producto de los absurdos en los que nos vemos envueltos por la desidia de tantos que prefieren falsear la realidad a asumir su responsabilidad y atacar de una vez por todas la raíz de nuestros males. Al fin, todos somos miembros de una misma sociedad en la cual deberíamos tener los mismos derechos y las mismas obligaciones.

Marzo es un mes en el cual es importante aconsejarle a nuestros seres queridos que estén aguas con los maleantes en todo sentido. Desde los criminales que operan en la clandestinidad propia del antisocial que vive al margen de la ley violentando los derechos individuales de tantos, hasta aquellos descarados que desde las mismas entrañas del poder asaltan a la mayoría productiva, honesta y respetuosa del país. Los delincuentes que operan dentro de la legislación hecha a su medida para facilitarles sus movidas. Los que deberían sufrir las más estrictas penas.

Este marzo de 2010 en especial ha sido sorprendente. Y eso que apenas vamos por la mitad de un período que termina con un peligroso descanso en el cual una importante cantidad de personas prefieren olvidar la creciente incertidumbre en la cual vivimos en el país de la eterna tembladera. Tiempo que los pícaros saben aprovechar. Aguas, apreciados lectores. Aguas.

Artículo publicado en el diario guatemalteco “Siglo Veintiuno”, el lunes 15 de marzo de 2010. La fotografía de estas hermosas aguas, la tomé el pasado domingo 7 de marzo de 2010 en la finca “El Zapote”, que se ubica entre Escuintla y La Antigua Guatemala.

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