Principios / Marta Yolanda Díaz-Durán A.

8.26.2013

Aldea Casaca



¿Por qué escribir sobre un hecho que es tan común en este país donde sobra la gente contradictoria? ¿Acaso no hay manifestaciones, marchas, plantones… casi todos los días en algún rincón de nuestro terruño? Actos que, en casi todos los casos, se caracterizan por violentar el derecho a la libre locomoción de la mayoría. Medidas que en varias ocasiones han costado la vida a más de una persona ajena al conflicto. Protestas en las cuales suelen exigir privilegios e impulsar propuestas que si se llegaran a concretar obstaculizarían aún más el progreso de los habitantes de Guatemala.

Pues bien, me motiva a tratar de nuevo el tema, desde otra perspectiva, una nota periodística reciente. El pasado miércoles 21 de agosto vi en el noticiero “A las 8:45” de Canal Antigua una imagen que, créalo o no, me sorprendió al mismo tiempo que me hizo sonreír. Entre las mantas que portaban los participantes de la manifestación organizada por los delincuentes del mal llamado “Comité de Desarrollo Campesino” (CODECA) -conocidos extorsionadores, cuyo modus vivendi se basa en el robo de energía eléctrica que luego venden más barata a los miembros de varias comunidades-, sobresalió ante mis ojos una que exigía la nacionalización de la energía eléctrica, solicitud hecha por los pobladores de la “Aldea Casaca”.

En un principio pensé que era una broma, pero gracias a la eficiencia de Google me enteré de que en Guatemala hay dos aldeas que llevan ese peculiar nombre: una en Petén llamada “Aldea La Casaca”, y la otra en el municipio de Ixtahuacán, departamento de Huehuetenango. En la marcha participaron vecinos de esta última.

Llamó mi atención el nombre de la aldea por el uso coloquial que le damos los chapines a la palabra casaca que, según el DRAE, es una “vestidura ceñida al cuerpo, generalmente de uniforme, con mangas que llegan hasta la muñeca, y con faldones hasta las corvas”. Como es conocido, en Guatemala el término casaca lo relacionamos con falsedades. Casaquero es aquel que solo habla pajas, otro vocablo vulgar de uso corriente que también es un sinónimo de mentiras. Pensé, ¡qué ironía! Total, es eso lo que suelen hablar los líderes de los grupos de presión, como lo es la misma CODECA y sus representantes, y los politiqueros en general: pura casaca.

Según un refrán popular “la buena casaca mata carita”. ¡Ah! Y, hoy se agrega al dicho que “la billetera mata a ambas”. Pero, en nuestro contexto político nacional, la casaca es mala, poco creativa y aburre por lo repetitiva. Las caritas de los políticos casi siempre asustan y, como es vox populi, a éstos lo único que les interesa es nuestra billetera. A veces, tristemente, pareciera que Guatemala entera es una aldea donde predomina la casaca. Y, para colmo de males, como reza una imagen que compartí en Facebook: "Si nosotros mentimos al gobierno es un delito grave. Si el gobierno nos miente a nosotros es, simplemente, política".


Artículo publicado en el diario guatemalteco “Siglo Veintiuno”, el lunes 26 de agosto de 2013. La imagen la bajé de la Internet.

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