Principios / Marta Yolanda Díaz-Durán A.

12.26.2011

El poder del poder



Abordar el tema del poder me parece fascinante. Sobre todo, por la atracción fatal que ejerce sobre tantas personas, especialmente en personajes inestables e inseguros que sufren de un serio complejo de inferioridad. Complejo que suelen esconder disfrazados de salvadores mesiánicos de los pobres, con ínfulas de superhombres dotados de omnisciencia y padres protectores de sus queridos compatriotas.

Por cierto, estos últimos (los compatriotas), no son tan abusados como se creen ya que suelen caer en las trampas que les ponen para que voten por ellos y les otorguen el tan ansiado poder. Poder que, al final, los termina convirtiendo en abusados cuando los otrora candidatos, luego gobernantes, violentan sus derechos individuales. Una ironía más de tantas que encontramos en el mundo actual, plagado de creencias políticas basadas en premisas falsas.

El poder como tal, es una facultad que posee todo ser humano. La capacidad de actuar según su voluntad. El poder político, por otro lado, es un tema que han tratado muchos pensadores respetados. Los clásicos griegos Platón y Aristóteles lo hacían casi al mismo tiempo que los sabios chinos Lao Tse y Confucio. Probablemente el autor más citado en temas relacionados con el poder político sea Nicolás Maquiavelo.

Mis autores preferidos son los ilustrados escoceses y aquellos intelectuales del siglo diecinueve y del veinte que se montaron sobre los hombros de David Hume, John Locke, Adam Smith… fortaleciendo con sus obras la idea del indispensable respeto a los derechos individuales y la necesidad urgente de limitar el ejercicio del poder por el bien de todos los hombres. Hay filósofos como Michel Foucault que desarrollaron el tema de una manera que ha llamado mi atención aunque no coincida con ellos en muchas cosas.

La experiencia y mis lecturas, me llevan a concluir que el poder que ejercen los gobernantes sólo es necesario para reprimir al antisocial y castigarlo cuando sea necesario. Por supuesto, teniendo claro que hacer justicia implica que el criminal compense a sus víctimas. Cuando se ha utilizado el poder para intentar beneficiar a unos a costa de otros, se termina haciendo lo contrario al único motivo que justifica su existencia. Se termina violentando los derechos de unos y cometiendo una injusticia. El exceso de poder, un poder poco limitado, con fronteras borrosas, sólo beneficia a quienes lo ejercen y su círculo íntimo.

El poder más allá del necesario para cumplir con su función, del tipo que por estas épocas gozan los gobernantes, lo han adquirido manipulando la noble virtud humana de la benevolencia, y aprovechándose de un deseo común a nuestra especie: lograr el bienestar propio con el menor esfuerzo. Cuando la benevolencia y la búsqueda de mejorar nuestra calidad de vida son guiadas por la razón somos capaces de grandes hazañas: nos brinda muchas más posibilidades de alcanzar y conservar nuestros valores. Es un serio problema, para nosotros y nuestro círculo de influencia, cuando nos dejamos dominar por emociones irracionales.

Considero que el principal reto que tenemos en el siglo veintiuno es el poder influenciar a otros y convencerlos de que usen su mente de manera activa, para evitar que unos pocos acaparen el poder público, y acaben con nuestras posibilidades de progresar.


El presente artículo fue publicado en la revista guatemalteca "Poder" (año I, volumen IV) de noviembre de 2011. La imagen la bajé de Internet: es la portada del disco de la película mexicana "Todo el poder".

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2 Comments:

  • muy cierto Marta Yolanda y desde hace muchísimo tiempo vivimos en un lugar muy corrupto de muchos puntos de vista, como si fuese el aleph de Borges, donde, desde un punto se pueden vislumbrar los demás; aunque a veces me siento atormentado por toda la corrupción y el cinismo de la misma, que aunque se da en el sector público, desde el sector privado se ejerce presión y viceversa, corrompiendo todo el sistema, que desde lo más pequeño hasta contratos millonarios, teniendo su influencia o radicando la misma en obtener dinero, focalizado en ese punto, -corríjame si me equivoco- el poder principia en la obtención de recursos y luego pronunciándose en la injusticia que se comete contra la población atemorizados por el sistema ineficiente e instituciones por demás obsoletas, que generan desconfianza en el país y muchísimo más a los que intentamos hacer las cosas cada vez mejor, ya sea desde el sector público o el privado; saludos y excelente como siempre. Me gustaría poder recibir clases con MAESTROS como ustedes.

    By Anonymous Anónimo, at 8:10 p.m.  

  • muy cierto Marta Yolanda y desde hace muchísimo tiempo vivimos en un lugar muy corrupto de muchos puntos de vista, como si fuese el aleph de Borges, donde, desde un punto se pueden vislumbrar los demás; aunque a veces me siento atormentado por toda la corrupción y el cinismo de la misma, que aunque se da en el sector público, desde el sector privado se ejerce presión y viceversa, corrompiendo todo el sistema, que desde lo más pequeño hasta contratos millonarios, teniendo su influencia o radicando la misma en obtener dinero, focalizado en ese punto, -corríjame si me equivoco- el poder principia en la obtención de recursos y luego pronunciándose en la injusticia que se comete contra la población atemorizados por el sistema ineficiente e instituciones por demás obsoletas, que generan desconfianza en el país y muchísimo más a los que intentamos hacer las cosas cada vez mejor, ya sea desde el sector público o el privado; saludos y excelente como siempre. Me gustaría poder recibir clases con MAESTROS como ustedes.

    By Anonymous Anónimo, at 8:10 p.m.  

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