Principios / Marta Yolanda Díaz-Durán A.

12.20.2010

A la carrera


El viernes 17 de diciembre, un día antes del cumpleaños de Constantino (mi hermano, no el emperador bizantino fallecido hace casi diecisiete siglos) me levanté a las 5:47 de la mañana para escribir el artículo que quería que ustedes leyeran hoy, lunes 20 de diciembre de 2010. Sin embargo, descubrí que, a pesar de mi inclinación rebelde, para algunas cosas soy metódica: estoy acostumbrada a cumplir con ciertos ritos que me cuesta abandonar de un día para otro. En este caso, no es la hora de levantarme la que varió, sino la actividad que pretendía llevar a cabo.

Así que, después de un par de horas divagando frente al computador, medio escribiendo a regañadientes y pasando más tiempo navegando en las redes sociales virtuales que frecuento (Twitter y Facebook), no había logrado avanzar más de tres líneas en un escrito de largo aliento con el cual quiero iniciar una discusión intelectual (para pensadores honestos cuyo objetivo es separar lo falso de lo verdadero y aclararse las ideas) sobre dos sistemas de gobierno opuestos: la Democracia y la República. Un intento fallido que queda pendiente para una próxima entrega.

Lo único que puedo adelantar es que yo me decanto por la República, no la Democracia. Considero al sistema demócrata como el vehículo ideal para que lleguen al poder oportunistas y vividores, dictadores en el peor de los casos, que confirman la opinión de Frédéric Bastiat de que “el Estado es la gran ficción a través de la cual todo el mundo se esfuerza por vivir a expensas de todo el mundo”. Objetivo insostenible en el largo plazo, tal y como lo evidencia la historia.

A las ocho de la mañana, salí corriendo a arreglarme para irme a la carrera al desayunivivio que organizaron mis compañeros en Libertópolis. Total, es esta una época ideal para disfrutar en compañía de aquellas personas a quien uno valora. Y yo me encuentro entre los muchos que, más allá de una aparente actitud de Grinch, disfrutamos como infantes de las tradiciones propias de fin de año.

¡Cómo me divertí compartiendo con todos ellos! Ellos, a quienes quisiera nombrar uno por uno para agradecerles todo el apoyo, paciencia y comprensión que nos brindan día a día para poder cumplir a cabalidad con las expectativas que de nosotros tienen nuestros amigos invisibles que, de lunes a viernes, nos acompañan al mediodía en “Todo a Pulmón”. A quienes, por cierto, también quiero agradecer esa compañía que nos hace más fácil el camino. No sólo la ruta de “encontrar respuestas a las preguntas que nos hacemos”, sino en el proceso mismo de la vida. Me siento halagada.

Al terminar, pasadas las diez, salí a la carrera de nuestros Estudios ubicados en las torres gemelas de Guanjatan, en donde comimos, celebramos, e intercambiamos regalos. Luego, ya en mi asteroide, regresé al lugar en el que inicié este día mis actividades (frente al computador) para desearles a ustedes, apreciados lectores, aunque sea a la carrera, bendiciones por siempre.

Artículo publicado en el diario guatemalteco “Siglo Veintiuno”, el lunes 17 de diciembre de 2010. La fotografía del Porsche Carrera la bajé de Internet.

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