Principios / Marta Yolanda Díaz-Durán A.

3.03.2014

Veni, vidi, vici Venezuela




"Vine, vi y vencí" por los venezolanos que pelean por su futuro, sus bienes, su Libertad y sus seres queridos. Por mi país, Guatemala, que se encuentra caminando por la misma ruta que ellos emprendieron en la segunda mitad de los años 90 del siglo pasado. Por mí, por mi integración personal y mi constante búsqueda de coherencia entre lo que pienso, mis valores y mis actos. Por la imperiosa necesidad de probar la veracidad de mis juicios con la evidencia necesaria. Para sostener objetivamente mis juicios y comentarios, como suelo hacer, “con los pelos de la burra en la mano para decir de qué color es”.

La travesía que emprendí junto con Jorge Jacobs fue de tres días. De la mañana del viernes 21 a la noche del domingo 23 de febrero de este año. Nuestra estadía en Venezuela fue de poco más de 48 horas, extenuantes, que todavía me tienen agotada al momento de escribir estas líneas. Cansada física, intelectual y emocionalmente. Sobra decir que, si nos hubieran alcanzado los escasos recursos con los que contamos, nos hubiera gustado pasar más tiempo en el país y visitar la provincia, particularmente el Estado de Táchira, donde se iniciaron las protestas y donde hasta hoy se han registrado los más deleznables actos represivos por parte del gobierno.

Nuestro objetivo era cubrir las manifestaciones en contra de la crítica situación política y económica en que se encuentran viviendo. Protesta que ya es común a miembros de casi todos los grupos sociales del país, como pudimos constatar a la hora de los cacerolazos y la multitudinaria marcha del sábado 22 de febrero. Lamentamos no haber reportado al momento, pero el gobierno tumbó las comunicaciones, lo que nos dejó aislados por unas horas. Sin embargo, logramos recoger cualquier cantidad de testimonios, entrevistas, imágenes, reportes de los diarios locales… en fin, suficiente evidencia para conocer la grave situación que enfrentan los venezolanos. Gran parte de lo anterior lo encuentran en fb.com/mylibertas, fb.com/jjliber y fb.com/libertopoliscom

Para más detalles de lo que descubrimos y conocimos sobre la realidad que enfrentan en Venezuela, voy a escribir una crónica que aún no sé dónde voy a publicar, además de en mis redes sociales y en el sitio de Libertópolis. Pero que la escribo, la escribo. Necesito sacarlo de mí. Compartirlo con otros que, como yo, nos encontramos preocupados por la senda que andamos los guatemaltecos. Como declaró en alguna ocasión la española Lola Flores: "La verdad siempre sale a flote como la gota de aceite en el vaso de agua”. No hay que temerle, es mejor abrazarla.

Es lamentable la reducida visión de algunos pocos nacionalistas locales que no se dan cuenta de que si no aprendemos de los errores de los demás, parafraseando a George Santayana, estamos condenados a repetirlos. Lo esperanzador es que la mayoría de quienes comentan sí lo han entendido, lo cual me alegra porque no quiero terminar viviendo una tragedia similar a la que hoy enfrentan los venezolanos.



Artículo publicado en el diario guatemalteco “Siglo Veintiuno”, el lunes 3 de marzo de 2014. La fotografía la tomó Jorge Jacobs el viernes 21 de febrero por la noche, cerca de la Plaza Altamira, uno de los principales puntos de protesta de los estudiantes.

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