Principios / Marta Yolanda Díaz-Durán A.

3.10.2014

De la guarimba al bloqueo



En ambos casos se afecta la libre locomoción. Pero fuera de ese común denominador, el contexto de las medidas de hecho de los grupos de presión en Guatemala para exigir privilegios a costa de otros, es completamente distinto al de las guarimbas y marchas de los venezolanos que pelean para que respeten sus derechos y por la posibilidad de tener un futuro en su país. La diferencia trascendental está en el fin de cada una de estas acciones.

Uno de los pensadores políticos más influyentes de todos los tiempos, John Locke, aborda este tema en el ensayo “La disolución del gobierno” (capítulo 19) que encuentran en el Segundo Tratado sobre el Gobierno Civil (1689). Recomiendo que lo lean completo, sin embargo, reproduzco algunos párrafos de este: “La razón por la que los hombres entran en sociedad es la preservación de su propiedad. Y el fin que se proponen al elegir y autorizar a los miembros de la legislatura es que se hagan leyes y normas que sean como salvaguardas y barreras que protejan las propiedades de todos los miembros de la sociedad, para así limitar el poder y moderar el dominio que cada miembro o parte de esa sociedad pueda tener sobre los demás… Un pueblo que es maltratado y cuyos derechos no son respetados, estará siempre listo para sacudirse de encima la carga que pesa sobre él… revoluciones así no suceden por causa de pequeños errores administrativos en los asuntos públicos… Pero si una larga serie de abusos, prevaricaciones y artimañas que tienden siempre hacia lo mismo, hacen que el pueblo repare en que se está conspirando contra él… no es extraño que se levante y trate de poner el gobierno en manos de quienes puedan garantizarle los fines para los que todo gobierno fue en un principio establecido”.

La semana pasada tuvimos un ejemplo de la diferencia entre las trágicas crisis que viven los venezolanos y los ucranianos, y los abusos de los grupos de presión en Guatemala, a quienes solo les interesa que el gobierno les otorgue más privilegios. Un supuesto grupo de ¿campesinos?, la mayoría de ellos desinformados, que fueron convocados ¿o pagados? por un grupo de criminales cuyo delito menor es el robo de energía eléctrica que luego venden más barata (para ellos no tiene costo) que se agrupan bajo una organización conocida como CODECA, afectaron la existencia miles de personas en nuestra capital con el fin de pedir que se violen legalmente más derechos (por medio de la nacionalización de la energía eléctrica) y les otorguen más prerrogativas (ley de desarrollo rural).

Mientras, en los otros países mencionados, la mayoría está arriesgando hasta su vida, no para pedir privilegios, sino para que se respeten sus derechos. Por supuesto que el discurso nacionalista que apela a la patria ayuda a muchos a hermanarse en la lucha, pero la realidad es que pelean por ellos y sus seres queridos, como debe ser, porque nadie es un medio sacrificable por el bien de otros, menos por el bien de una abstracción. Todo ser humano es un fin en sí mismo.


Artículo publicado en el diario guatemalteco “Siglo Veintiuno”, el lunes 10 de marzo de 2014. La fotografía la tomé en Caracas, Venezuela, el sábado 22 de febrero de 2014.

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