Necesito trabajar para
alcanzar mis objetivos, el primero de estos, sobrevivir. Si no trabajo, no me
puedo alimentar, no puedo comprar vestido que me cubra ni pagar un techo que me
proteja de las inclemencias del clima. Necesito trabajar para mejorar mi
calidad de vida y velar por mis seres queridos que dependen de mi trabajo,
aquellos a quienes he elegido como valores y, por tanto, asumo la
responsabilidad de mantenerlos por el tiempo que sea necesario para su buen
vivir.
Nadie me puede obligar a
trabajar, a menos que sea mi amo y yo su esclava. Nadie me puede obligar a
trabajar, a menos que me encuentre presa y privada de libertad. Pero tampoco
nadie tiene la obligación de darme trabajo, menos de mantenerme. Aquel que me
emplee, lo hará en pleno ejercicio de su voluntad, libremente y porque
emplearme le va a representar un beneficio. Es un libre intercambio entre
ambos. Los dos ganamos.
Necesito trabajar porque
si no trabajo, me muero. Trabajar es una decisión que toma toda persona que
elije pensar: usa su razón que le permite identificar la realidad y decidir sin
aceptar, menos permitir, presiones de otros. Elecciones personales que hace de
manera objetiva, siendo las principales elecciones su escala de valores y los
medios adecuados para alcanzar eso valores y conservarlos.
Puedo trabajar por cuenta
propia o por cuenta ajena. Necesito trabajar, independientemente de que yo sea
quien arriesgue e invierta y, por cierto, dé trabajo a otros que también (como
yo) lo necesitan; o alguien más sea quien corra con los riesgos de emprender y
me emplee para alcanzar sus metas.
Necesito trabajar, para
poder descansar. Necesito trabajar para permitirme un tiempo de ocio, dedicado
a enriquecer mi conocimiento o al esparcimiento por el tiempo que sea necesario
para reponer la energía que he destinado al trabajo productivo: todo en la
justa medida y a la medida de mis propósitos.
Trabajar es una condición
necesaria para la vida de todo ser humano. Y va más allá de si tengo o no los
suficientes ingresos para satisfacer mis necesidades físicas. El ser humano
necesita trabajar para vivir como humano. Para sentirse orgulloso de su
existencia única e irrepetible. El ser humano necesita trabajar para sentirse
digno: para saber que lo que tiene se lo ha ganado en base a su esfuerzo e
ingenio, que no es producto de la laboriosidad de otros. Saber que soy capaz de
mantenerme y cumplir con mis compromisos me engrandece ante mis propios ojos:
los únicos que plenamente saben quién soy.
La laboriosidad es una
virtud. Es la diferencia entre una sociedad de personas exitosas y felices; y una
comunidad de gente fracasada y resentida. Es la que hace la diferencia entre la
calidad de vida de los primeros y las condiciones de los segundos. Necesitamos
trabajar para nosotros y para alcanzar nuestros objetivos. Necesitamos que el gobierno y los
gorrones, los grupos de presión, dejen de estorbar el camino del progreso.
El presente artículo fue publicado el lunes 7 de mayo de 2012 en el
diario guatemalteco Siglo Veintiuno.Etiquetas: libertad, orgullo, progreso, responsabilidad, trabajo, vida
2 Comments:
venia en el carro y te escuche leer este articulo y me gusto muchisimo, lamentablemente ya no pude seguir en sintonia x otras cositas y me da mucho gusto poder leerlo todo.....
Esta bunisimo gracias x compatirlo y por esa inspiracion que siempre nos llenas con tus articulos...
DIOS T BENDIGA!!!
By cony, at 2:07 p.m.
Excelente artículo, ojala todos tuvieran ese sentido común de aplicarlo en todos los ejes de su vida, pero hay cada irresponsable.
mis saludos, hace mucho que no la escucho. Pero agradezco estos criterios que nos hacen pensar...
By Anónimo, at 12:27 p.m.
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