Principios / Marta Yolanda Díaz-Durán A.

4.18.2011

Paréntesis


Yo celebro la vida. Ese paréntesis entre mi nacimiento y mi muerte. Celebro mi vida todos los días de todas las semanas del año. Poco me preocupa la inevitable muerte que no es otra cosa que el final de mi existencia. ¿Para qué perder esta última elucubrando sobre su término en lugar de vivir ese breve espacio entre uno y otro evento vital? ¿Ese espacio que hace la diferencia entre las personas que dejan un legado y las que pasan sin dejar huella?

Mejor me ocupo de vivir y disfrutar plenamente, en las buenas y en las malas, en sus variadas facetas y estadios. No me refugio en mitos que alejan a tantos de la felicidad terrena, con promesas similares a las que suelen hacer los políticos en campaña, ofreciendo un futuro mejor si hoy el votante se sacrifica por llevarlos a ellos al poder. Lo único que hay que hacer es obedecer. ¿Y mi derecho más preciado después de la vida, mi libertad, dónde queda? ¿Para qué hipotecarla sin garantía de que se vaya a cumplir lo prometido?

Prefiero la realidad a la fantasía. La imaginación, sea o no loca, habite o no mi casa, la reservo para crear escenarios, buscar medios posibles que me permitan alcanzar mis objetivos y gozar de estos. Experimentar profundamente la felicidad de abrazar aquello por lo cual me he arriesgado, trabajado y esforzado por obtener. Saborear el éxito de mis emprendimientos, cuyo costo he pagado con gusto, a la espera de conquistar un bien más valioso para mí.

Los grupos de presión y sus discursos políticamente correctos con los que pretenden manipular a los demás me importan tan poco como pasarme la vida llorando mi final. Discursos basados en palabras y conceptos malentendidos en el mejor de los casos, y la mayoría de veces sobrevalorados o distorsionados. Compromiso social, revolución, entrega… ¡qué larga es la lista de vocablos no cuestionados por aquellos llamados a inmolarse! Y, si no lo haces, serás considerado una especie de paria, un malagradecido saber con quién. Lo que sí sé es quién sale beneficiado con tales arengas: aquel que se encuentra en el ejercicio del poder y quienes lo rodean.

Dentro de ese paréntesis que es nuestra vida misma, encontramos muchos otros paréntesis llamados de distintas maneras: etapas, procesos, períodos. Y de estos, damos testimonio de los momentos pasados. Esos paréntesis en los cuales hemos decidido ser quienes somos hoy. Nos hemos construido, creado, modelado según la imagen que de nosotros tenemos.

Durante ese tiempo hemos acumulado muchos objetos de los cuales nos es difícil separarnos: ya sea porque pensamos que algún día nos pueden servir de nuevo, porque nos recuerdan épocas ya idas o simplemente por dejadez de entrarle al cúmulo de cosas que llenan nuestro clóset. Para salir de bártulos y cachivaches nos sirven otro tipo de paréntesis: los asuetos. Total, lo más importante que nos dejan éstos son los recuerdos que llevamos siempre con nosotros.


Artículo publicado en el diario guatemalteco “Siglo Veintiuno”, el lunes 18 de abril de 2011. La fotografía la tomaron el 24 de febrero de 2010, en una de esas memorables veladas que he pasado en compañía de amigos entrañables en el taller “Ars Artis” del maestro Walter Peter, tomando vino y celebrando el arte, la filosofía y la vida misma.

Etiquetas: , , , , ,

1 Comments:

  • Ya te lo dije Marta Yolanda: únicamente otro par de ellas y lo logramos.......................................

    By Anonymous Anónimo, at 9:47 a.m.  

Publicar un comentario

<< Home