Empecé este ciclo haciendo un balance de los hechos que más
me impactaron, para bien o para mal, en el año 2013, tanto en mi esfera íntima
como en la pública. En lo personal, el balance de la etapa recién terminada es
positivo. A pesar de los retos que me tocó enfrentar en diversos ámbitos
(familiar, empresarial, profesional, emocional, intelectual…) puedo decir con
satisfacción que no olvido el año viejo
porque me dejó mucho más que una cabra, una
burra negra, una yegua blanca y una buena suegra, recordando la
célebre composición del colombiano Crescencio Salcedo. Lamentablemente, no
puedo decir lo mismo en lo que respecta a los asuntos públicos de nuestro país.
El 2013 fue el año en que se generalizó el descontento de la
población con el actual gobierno. Fue un año de constantes denuncias de
corrupción, abusos de poder y nepotismo, entre otras cosas. En lo particular,
no me sorprendió. Bien lo he afirmado en múltiples ocasiones que el actual
sistema político atrae a los peores representantes de nuestra sociedad. Es un
imán para aquellos que quieren pasar a
mejor vida sin trabajar: para los mentirosos, los ladrones, los parásitos…
que suelen pulular en el ambiente político de Guatemala. Y, por supuesto, en
todos aquellos lares en los cuales prevalece el Estado Benefactor/Mercantilista
por encima de la verdadera República y el Estado de Derecho.
Ahora, ¿Qué nos depara el año 2014? En lo que respecta al
área personal, dependerá de las decisiones que tomemos cada uno de nosotros
para alcanzar las metas que nos hayamos fijado. En el área política nos espera
un año complicado. Por un lado, será un año de elecciones en las cuales no
podemos participar de forma directa, pero sí indirecta participando en
discusiones en las redes sociales, enviando correos de los lectores a los
diarios y llamando a los programas radiales que promueven el debate
intelectualmente honesto y la búsqueda de la verdad.
Elegirán los diputados a nuevos magistrados para el Tribunal
Supremo Electoral, para la Corte Suprema de Justicia y para la Corte de
Apelaciones. También van a elegir al próximo Fiscal General y a quién ocupará
en el siguiente período el cargo de Contralor General de Cuentas. Por lo demás,
podemos esperar algo similar al año pasado, solo que incrementado: más
corrupción, más abusos de poder, aumento de la criminalidad, que se
intensifique la campaña política con miras a las elecciones generales de 2015…
En fin, las cosas van a empeorar, así que nosotros a actuar inteligentemente
para sobrevivir el temporal que se nos avecina.
No obstante, soy optimista y abrigo la esperanza de que en
el futuro, aunque tal vez no sea en el cercano, las cosas van a mejorar para la
gente responsable, respetuosa y productiva que, creo, es la mayoría. Por eso
termino con lo expresado por el director de cine Diego Quemada: “El sueño
americano ya no existe, pero el sueño de una vida mejor es universal y eso no
va a cambiar. Dónde y cómo cada uno lo tiene que ir descubriendo”.
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