6.10.2013

Paraíso, infierno, paraíso…



Un grupo de burócratas franceses opinan que Guatemala es un paraíso fiscal, porque en nuestro país todavía se cumple con el debido proceso en lo que a la privacidad en el manejo de las cuentas bancarias trata. Y como los franceses, por otro lado, viven en un infierno fiscal, les parece injusto que nosotros gocemos de una buena parte, aunque cada vez menor, de lo que nos hemos ganado.

¿Cuándo van a denunciar a los paraísos fiscales que son la ONU, el FMI, el BID, la OEA…? Ellos sí viven en la gloria y a costillas de quienes pagamos impuestos. Lo que, irónicamente, ellos no hacen. Ni crean riqueza, ni pagan impuestos. “¿A cuenta de qué?”, dirán, si solo los empresarios que arriesgan y los trabajadores productivos generan ganancias. Lo cual es cierto: en el caso de los burócratas estatales, nacionales e internacionales, dentro del contexto impositivo que castiga al creador, no existe un motivo generador de tributos ya que no producen nada, solo gastan.

¿En cuál círculo del Infierno de Dante deberían estar estos personajes y sus coristas? Suelen ser lujuriosos y por la redondez de sus vientres concluyo que reverencian a la gula. Pero, sin duda, merecen estar en un círculo más abajo en este célebre canto. ¿Será en el círculo cuarto? Son tipos que acumulan fortunas sin arriesgarse ni trabajar, y que fácilmente despilfarran lo que es de otros en una vida de apariencias caracterizada por viajes a lugares exóticos, exquisitos banquetes y una vida propia de los reyes de antaño y su corte.

Suelen ser iracundos y perezosos, sobre todo los líderes de presión que son amigos íntimos de los burócratas de los organismos internacionales, los cuales suelen privilegiarlos en sus corazones y regalarles parte del dinero que han expoliado a aquellos que legítimamente lo habían ganado. Lo anterior los sitúa en el quinto círculo. Sin embargo, también son violentos y creen que sus intereses están por encima de los derechos individuales del resto. Son capaces de tomar a la fuerza lo que no es de ellos, amenazar a los gobernantes con medidas de hecho si no se les complace, y violentar a los demás. Ya vamos por el séptimo círculo.

¿Y si el peor de sus crímenes es el fraude? ¿La traición? ¿El octavo círculo? ¿El noveno círculo? Engañan a los más pobres haciéndoles creer que trabajan para ellos, convenciéndolos de que si los eligen y les otorgan más poder, pasaran de vivir una existencia miserable a una vida plena pagada por otros. Una historia en la cual los únicos que se enriquecen son aquellos que se sientan en el trono, sus familiares y sus amigos. Su círculo cercano que, junto con ellos, terminarán en una bolgia.

La verdadera felicidad que convierte nuestra vida en un paraíso se logra al alcanzar nuestros valores. Y estos se conservan siendo responsables, productivos y respetuosos de la vida, la libertad y la propiedad de los demás. El paraíso es dormir con la conciencia tranquila: no deberle nada a nadie. Algo que los gorrones nunca entenderán.



Artículo publicado en el diario guatemalteco “Siglo Veintiuno”, el lunes 10 de junio de 2013.

1 comentario:

  1. Anónimo2:38 p.m.

    Comparto totalmente su opinión; los franceses siempre han sido borregos de sus políticos; por eso son un país poco competitivo. En la zona euro, el único país que se salva es Alemania.

    Lic. Alexis Duarte Tels.: 52084051; 23609806 y 08. Correo: alexisduarteyasociados@outlook.com

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