El viernes pasado,
mi amigo y hermano por elección, Jorge Jacobs, conocido periodista que ha
incursionado en todos los medios,
tradicionales y virtuales, fue amenazado de muerte. No es la primera vez
que esto sucede. Tampoco creo que sea la última. Es el riesgo que se corre al
ejercer correctamente el periodismo. Pero sí puede ser diferente a otras
ocasiones en las cuales ha recibido llamadas, cartas y correos, con mensajes
similares y vocabulario propio de un patán cualquiera, lo que nos muestra el
tipo de individuo detrás de este intento de intimidación. Un pato tirándole a
una escopeta.
En fin, en este
caso, y con toda razón, Jorge decidió darle más importancia que de costumbre al
vulgar ultimátum que recibió, debido a los intereses multimillonarios que
podrían estar detrás. El motivo de la amenaza, según el pusilánime que lo
llamó, es el artículo que publicó el jueves 4 de octubre de 2012 en el diario “Prensa
Libre”, titulado “¿Pepsi bye?”. Quiero aclarar que yo en lo particular no creo
que la amenaza venga de alguien relacionado con la empresa mencionada, ya que
la mala prensa que este hecho acarrea
es lo último que podrían desear. Además, tampoco los creo capaces de semejante
bajeza.
Ahora que escribo
este artículo, apenas han comenzado las investigaciones para averiguar quiénes
están detrás de esta vil acción, así que fuera de mis propias conjeturas, no
puedo compartir más información. Sin embargo, me atrevo a decir que es probable
que quien lo haya hecho sea algún sujeto que quiere dañar a los propietarios de
la compañía a la cual alude Jacobs en su columna.
Cuatro amenazas
recibió Jorge. Primero lo llamaron a las 6:57 de la mañana del número 54972784.
En esa ocasión respondió el teléfono, como lo hace normalmente. El tipo que le
habló, le advirtió de una manera soez que tenía veinticuatro horas para dejar
el país, o de lo contrario peligraba su vida y la de su familia; de la cual aseguró
tener los datos de dónde trabajan, dónde estudian, dónde viven. Luego, a las
7:09 a.m., llegó a su teléfono el siguiente mensaje de texto: “moriras h p”. En
minúsculas y sin tilde. Unos segundos después entró a su celular otra llamada
del número citado. Llamada que inteligentemente no tomó.
La cuarta amenaza
llegó a las 9:58 a.m. del correo electrónico luisalbertotorin@yahoo.com: “me
parece que la columna fue tu testamento funerario hijo de puta sali del pais en
24 horas o tu familia llorrara destruistes empleos cabcorp nunca se venderá
saludame atus hijos... que prensa libre mantenga tu familia”. Sin comentarios.
Los que se
refugian detrás del ataque anónimo son unos cobardes. George, como cariñosamente le decimos quienes lo valoramos, es un
hombre valiente que ha demostrado su valía en cualquier cantidad de ocasiones. Un
hombre honesto y un amigo leal como pocos. Me solidarizo con él y su querida
familia, a quienes considero parte de las personas entrañables en mi vida.
Cuentan incondicionalmente conmigo.
Artículo publicado en el
diario guatemalteco “Siglo Veintiuno”, el lunes 8 de octubre de 2012. La imagen
la bajé de un blog en la Internet “libre de derechos”.
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