A finales de septiembre del presente año, se reunieron en un lugar desconocido
de Latinoamérica los representantes de los grupos de narcos más poderosos del
planeta. Bueno, para ser exactos, también llegaron los líderes de las pequeñas
pandillas a las cuales era importante mantener controladas. O utilizar de
conejillos de indias cuando alguien debía ser capturado y presentado ante los
medios. La Organización de Narcotraficantes Unidos, conocida como la ONU, es la
más poderosa entidad global actual. Ni siquiera la organización con la cual ¿casualmente?
comparten siglas logra igualar el poder que tienen los miembros de la ONU
mencionada.
Como todos los años, convocan la Asamblea General para analizar las medidas
que impulsarán por medio de sus empleados que año tras año, en la otra
organización, se encargan de velar porque no termine la prohibición que hace
más de 51 años sentó los cimientos necesarios para que lograran construir un
imperio como pocos se han visto en la historia. Si no fuera por el servilismo
de quienes ratificaron la “Convención única de 1961 sobre estupefacientes”, la cual
enmendaron posteriormente para aumentar sus ganancias y las de sus aliados, no hubieran
acumulado fortunas que hacen palidecer a los tesoros mal habidos de los
conquistadores romanos.
Por supuesto, lo anterior tampoco hubiera sido posible sin la colaboración
de aquellos políticos, y sus discípulos, que durante la prohibición del consumo
de alcohol en los años 20 del siglo pasado, descubrieron una inagotable fuente
de ingresos gracias a la intromisión gubernamental en actividades legítimas
de las personas, que pueden ser catalogadas como un vicio, pero nunca un crimen.
En las reuniones previas al debate general, participaron los lugartenientes
de las figuras más prominentes del momento. En estas sesiones acordaron las
medidas de seguridad necesarias para asegurar la presencia de sus patrones,
además de discutir asuntos menores como, por ejemplo, quiénes serían los
siguientes condenados a ser capturados por las fuerzas de seguridad de los
países amigos. Los candidatos eran escogidos entre los traidores y entre
aquellos que se sentían crecidos solo
por haber robado un territorio a alguno
de los grandes.
En el debate general se enfrascaron en una intensa discusión sobre el
creciente apoyo a la idea de descriminalizar la producción, la comercialización
y el consumo de las sustancias prohibidas; en especial el cannabis, la cocaína
y los opiáceos. Productos sobre los cuales están sustentados sus ingresos. En
esta ONU, a diferencia de la otra, existe un verdadero debate, no solo
discursos que pocos escuchan. Saben que es el momento clave para acordar las estrategias
que les permitirán seguir vivos en todo sentido.
Lo anterior se dio después de la presentación que hizo el Chapo Guzmán, quien aprovechó el tiempo
para recordar el importante legado que les había dejado, junto con entrañables
enseñanzas, el venerado Pablo Escobar. Mención especial mereció, como casi
todos los años, el presidente estadounidense Richard Nixon, quien dio un
impulso exponencial a sus negocios desde que declaró la guerra frontal contra
las drogas. El acuerdo final, como es usual, es un secreto del cual les contaré
en otra oportunidad.
Artículo publicado en el diario guatemalteco
“Siglo Veintiuno”, el lunes 1 de octubre de 2012. La imagen la bajé del blog “xmagazinenews”.
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