8.27.2012

I




Yo soy yo para mí misma, pero hoy no hablaré de mi circunstancia. Tampoco escribiré sobre cómo nos salvo, a mí y mi circunstancia, a cada instante que decido vivir. Hoy, me atreveré a invitarlo a usted a reflexionar sobre “YO”, ya que para mí usted es usted, pero para usted, usted es yo. Y lo anterior no es un trabalenguas. Aquel que me quiera entender, facilitará su propio camino de salvación y aumentará exponencialmente las posibilidades de alcanzar SU felicidad.

Son dos cosas las que principalmente me motivaron a escribir sobre la palabra prohibida para tantos: YO. Lo primero fue escuchar a Erick Barrondo, el personaje más celebre del momento en Guatemala, repetir muchas veces que su futuro depende de lo que diga el profe, Rigoberto Medina. Lo segundo fue ¿la tercera o la cuarta? vez que leo la más breve de las novelas de Ayn Rand: “Anthem”. Un poema para la escritora Rose Wilder Lane, y una fantasía dramática para Cecil B. De Mille. Un himno para el individuo que se valora a sí mismo.

El porvenir de Erick Barrondo lo decide solo él, al igual que todo ser humano. Ya el profe Medina declaró en los medios que: “Ahora que en mi currículum tengo una medalla olímpica me voy a poner más caro”. Y está en todo su derecho, como lo está cualquier persona, de decidir por aquello que sea lo mejor para él. Felicito a Medina por tener la valentía de decir la verdad en medio de todas las declaraciones políticamente correctas (del diente al labio), que se han hecho por el éxito de su discípulo.

Reconocernos como “YO”, además de ir en contra del hipócrita discurso socialmente reiterado del nosotros, implica asumir la responsabilidad de nuestras acciones y aceptar que somos, para bien o para mal, el resultado de nuestras decisiones. Lamentablemente a lo que más teme la mayoría es precisamente a ser responsable. Como escribió en “Conceptos y Categorías” Isaiah Berlin: “…la elección encierra responsabilidad, y algunos seres humanos las más de las veces… desean sacudirse esta carga. Existe la tendencia a buscar excusas y pretextos… a atribuir demasiado a la acción inevitable de las leyes naturales o sociales”. O lo que es peor, responsabilizar de nuestras vidas y las consecuencias de nuestras acciones a otras personas.

“Yo soy. Yo pienso. Yo quiero… Éste, mi cuerpo y espíritu, este es el final de mi búsqueda… No necesito justificación para existir, ni ninguna palabra de permiso para hacerlo. Yo soy la justificación y el permiso. Es mi voluntad la que elige y la elección de mi voluntad es el único mandato que debo respetar… No daré mi amor sin motivo a cualquier oportunista que lo reclame. Honro a los hombres con mi amor. Pero el honor es algo que debe ser ganado”. Rand con la voz de Prometeo, protagonista de “Anthem”.

El profe Medina se ha ganado el amor y el agradecimiento de Erick, pero solo Erick puede decidir qué hacer con su vida, así como el resto de nosotros lo hacemos reafirmando nuestro YO.


El presente artículo fue publicado el lunes 27 de agosto de 2012 en el diario guatemalteco Siglo Veintiuno. La imagen la bajé de la Internet.

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