Por cierto, ¿quién será el cazador oculto a quien rinde culto Pavel
Centeno? Guardián de la riqueza expropiada. Robada a sus creadores, que fueron obligados
a tributar a aquel que no se lo ha ganado: al gorrón y al saqueador. Sé que más
de un lector se va a escandalizar por los adjetivos que elegí para describir a
quienes creen que tienen el derecho de apropiarse de lo que otros han producido
gracias a su talento, trabajo e ingenio. Aclaro, estos últimos NO incluyen a
los mercantilistas que acumulan fortunas por medio de privilegios.
Parafraseo al mismo Centeno al decir que aquí el problema se llama PARASITISMO.
¡Ah! Y que el Ministro de Finanzas no tiene idea de lo que significa crear
riqueza. Es una mentira de Pavel “Rawls”
Centeno que la nueva ley del Impuesto Sobre la Renta es “más justa”. Centeno
que, como buen burócrata que vive cómodamente de los impuestos, cree que los ricos deben pagar el déficit estatal que ELLOS han provocado al
malgastar y despilfarrar el dinero de otros. Total, una tontería, pues son los
creadores de riqueza quienes pagan todo y, por tanto, los pobres que no
encuentran un empleo productivo porque no hay suficiente capital para crearlo.
El sistema que impera es el sistema del chantaje: la cacería de brujas emprendida
por la SAT, apoyada en leyes arbitrarias que utiliza para hostigar e intimidar
a todos aquellos que viven del fruto de su trabajo, de sus logros. Un sistema
destructor de riqueza que impone tributos a la gente exitosa que termina
pagando los errores de los gobernantes y manteniendo a los líderes de los
grupos de presión.
Lo importante es generar riqueza para superar la pobreza, y no el falso crecimiento con equidad, el cual origina
vidas igualmente mediocres. Lo importante es la mejora en la calidad de vida de
todos y no la reducción de la brecha
entre los ricos y los pobres.
Equidad no es lo mismo que igualdad. Partir de la idea de que quien gana más paga más, es injusto e
inmoral.
Me sigue sorprendiendo ver cómo tantos gobernantes insensatos en el mundo
entorpecen el progreso de los habitantes de sus países, irónicamente con el
consentimiento de la mayoría. El gobernante, campeón de los pobres, debería ser
aquel que no obstaculiza la creación de riqueza. El que deja, a quienes
quieran, hacerse ricos legítimamente. Entiéndase correctamente: sin privilegios,
sin prebendas.
Como bien escribió Ayn Rand: “La justicia es el reconocimiento del hecho de
que no se puede falsear el carácter de los hombres, como no se puede falsear el
carácter de la naturaleza… que cada hombre debe ser juzgado por lo que es y
tratado en consecuencia”. Es injusto que a una persona se le castigue por ser
más productivo que otros, por crear más riqueza que los demás. Es una mentira
flagrante decir que el sistema tributario actual es “más justo”. El sistema
actual guatemalteco destruye la poca riqueza que se produce, desincentiva el
emprendimiento y castiga a los exitosos.
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