La última semana,
que espero no sea mi última, Carlos Fuentes dijo su última palabra. Le dijo
adiós a la vida el martes 15 de mayo. No sé cuál haya sido ese vocablo que, sin
saberlo, cerró una vida dedicada a usar el lenguaje para expresar ideas
concluyentes en algunos casos, cuestionadoras en otros y controversiales más de vez que de en cuando.
Chuck Brown,
cantante de blues, exhaló su último go-go
el día después de que lo hizo Fuentes. Sin duda, el último suspiro de ambos fue
diferente, único e irrepetible, pero que fue el último también es indudable. Se
fue el padrino con todo y su guitarra
que muchos extrañan ya, según lo que leo en las redes sociales virtuales en las
que participan muchos melómanos.
El primero murió
de una úlcera, el segundo de un ataque masivo al corazón. Eso dice el reporte
que circuló. Un día los separó en su partida, sin embargo, Fuentes tuvo ocho
años más de vida para crear maravillas que, aunque no haya coincidido con él en
todo, disfruté leyendo como se disfruta al leer a un hombre culto que ha
contribuido a mi propia cultura. Alguien que seguiré leyendo porque aunque él
haya muerto, su obra vive.
Donna Summer, la
reina de la música disco, probablemente no disfrutó su último baile. Ella fue
la tercera celebridad que nos dejó la semana pasada. Murió el jueves 17 de
mayo. Ella fue la que menos vivió de los tres, pero aún así dejó un legado que
otros han valorado.
La semana pasada impartí
mi última clase del presente semestre. Realmente fueron menos de cinco meses
los que compartí con mis estudiantes. Temporada que siempre me deja agotada.
Acompañar a adolescentes en su proceso de aprendizaje es demandante y puede ser
desgastante. Las expectativas que suelo tener son altas. Mis deseos para ellos
son los mejores: deseo que sean felices y espero haber contribuido en algo a
ese objetivo. Es inevitable, al final de ese breve tiempo los he llegado a
valorar.
Por cierto,
hablando de temporadas, según leí en la Wikipedia, hoy lunes 21 de mayo presentan
en EE. UU. el último capítulo de una de mis series favoritas “House M.D.”. Capítulo titulado “Everybody Dies”. Todo el mundo muere. Ya
no esperaré ver con qué sorpresa me saldrá el genio del diagnóstico que durante
los últimos años me retó con su lógica, la que a algunos confrontó y a otros
nos reconfortó. Lógica que él no aplicó en su vida privada. Acciones que al
contradecir la realidad lo hicieron perder a muchos que valoró. Otra lección
aprendida de una de las series más inteligentes que se han producido en este
siglo que, sin falsear la realidad, será el último siglo que viva.
Quiero terminar
el último párrafo de este escrito fuera de lugar en la sección de opinión de Siglo Veintiuno, con una frase que le
atribuyen al Dr. House, la cual
considero que devela el secreto de toda celebridad cuya vida deja huella: “Gánate
el respeto de los demás teniendo la osadía de ser tú mismo”.
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