4.23.2012

Los JT de Gt




Es una forma resumida de referirme a los James Taggart de Guatemala. Cualquiera que haya leído completa “La rebelión de Atlas” de Ayn Rand, entenderá fácil y rápidamente a quiénes me refiero. Enfatizo: que la hayan leído ellos, no que se la hayan contado otros, que en la mayoría de los casos son impostores que se hacen pasar por expertos en la obra de la mencionada filósofa. Expertos que probablemente tampoco la han leído y, sin duda, les han contado mal la obra. Hay otros personajes que sí la han leído pero están interesados en que nadie más la lea. ¿Por qué el engaño? ¿Para proteger sus intereses? ¿Por miedo a enfrentar sus contradicciones y acallar los gritos de su consciencia?

Recién leí hace algunos días un cuento de Samuel Langhorne Clemens, más conocido como Mark Twain, en el cual el célebre escritor estadounidense escribe lo siguiente: “Si uno es observador advertirá que en los libros de cuentos ejemplares que se leen en clase de religión los niños malos casi siempre se llaman James”. No sé si Rand leyó este escrito de Twain, pero me encantó la coincidencia, ya que así como ahora leo obras de otros autores hasta quedarme dormida, Rand incluida, de niña leí a Twain hasta el cansancio. Me divertí tanto con las aventuras de Tom Sawyer y Huckleberry Finn, como en el presente me entretengo (y aprendo) con Howard Roark y Francisco D’Anconia.

Los que quieren que el gobierno destine dinero de los tributarios a sus agendas políticas y proyectos personales, descaradamente utilizan la idea del bien común como excusa para exigir que los financien. Algunos saqueadores son conscientes de la mentira. Otros son ingenuos oportunistas que de verdad creen que lo que ellos hacen contribuye al bien de todos, aunque a la mayoría de esos todos no les interese su obra ni compartan el sentido de la vida y los valores de los autores. Al final, en ambos casos (sobre todo en el segundo), lo anterior es una muestra de la arrogancia de quienes quieren imponer sus elecciones a los otros. Sin importar el punto de partida, la misma excusa es usada por conservadores y socialistas. O, como superficialmente se les divide, por las derechas y las izquierdas.

Recordemos: no es lo mismo crear riqueza que acumular fortuna (o incrementar o al menos tratar de mantener lo creado por sus antepasados, como en el caso de los jimmy taggart) en base a privilegios y transferencias de lo creado por la gente productiva y laboriosa, a las cuentas de los saqueadores y los parásitos.

Hoy, que se recuerda la muerte de Miguel de Cervantes y William Shakespeare (en realidad ninguno murió el 23 de abril ni murieron el mismo día, por el uso de diferentes calendarios en España y en  Inglaterra); fecha en que murieron el Inca Garcilaso de la Vega y el poeta romántico William Wordsworth; hoy, que se celebra el día del libro, vaya a su librería preferida y regálese “La rebelión de Atlas”. Es un día ideal para comenzar a leerla.


El presente artículo fue publicado el lunes 23 de abril de 2012 en el diario guatemalteco Siglo Veintiuno. La imagen la bajé del Internet, del sitio de una película que se hizo recientemente.

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