"Vine, vi y vencí" por los venezolanos que pelean
por su futuro, sus bienes, su Libertad y sus seres queridos. Por mi país,
Guatemala, que se encuentra caminando por la misma ruta que ellos emprendieron
en la segunda mitad de los años 90 del siglo pasado. Por mí, por mi integración
personal y mi constante búsqueda de coherencia entre lo que pienso, mis valores
y mis actos. Por la imperiosa necesidad de probar la veracidad de mis juicios con
la evidencia necesaria. Para sostener objetivamente mis juicios y comentarios,
como suelo hacer, “con los pelos de la burra en la mano para decir de qué color
es”.
La travesía que emprendí junto con Jorge Jacobs fue de tres
días. De la mañana del viernes 21 a la noche del domingo 23 de febrero de este
año. Nuestra estadía en Venezuela fue de poco más de 48 horas, extenuantes, que
todavía me tienen agotada al momento de escribir estas líneas. Cansada física,
intelectual y emocionalmente. Sobra decir que, si nos hubieran alcanzado los
escasos recursos con los que contamos, nos hubiera gustado pasar más tiempo en
el país y visitar la provincia, particularmente el Estado de Táchira, donde se
iniciaron las protestas y donde hasta hoy se han registrado los más deleznables
actos represivos por parte del gobierno.
Nuestro objetivo era cubrir las manifestaciones en contra de
la crítica situación política y económica en que se encuentran viviendo. Protesta
que ya es común a miembros de casi todos los grupos sociales del país, como
pudimos constatar a la hora de los cacerolazos y la multitudinaria marcha del
sábado 22 de febrero. Lamentamos no haber reportado al momento, pero el
gobierno tumbó las comunicaciones, lo
que nos dejó aislados por unas horas. Sin embargo, logramos recoger cualquier
cantidad de testimonios, entrevistas, imágenes, reportes de los diarios
locales… en fin, suficiente evidencia para conocer la grave situación que
enfrentan los venezolanos. Gran parte de lo anterior lo encuentran en fb.com/mylibertas,
fb.com/jjliber y fb.com/libertopoliscom
Para más detalles de lo que descubrimos y conocimos sobre la
realidad que enfrentan en Venezuela, voy a escribir una crónica que aún no sé
dónde voy a publicar, además de en mis redes sociales y en el sitio de Libertópolis.
Pero que la escribo, la escribo. Necesito sacarlo de mí. Compartirlo con otros
que, como yo, nos encontramos preocupados por la senda que andamos los
guatemaltecos. Como declaró en alguna ocasión la española Lola Flores: "La
verdad siempre sale a flote como la gota de aceite en el vaso de agua”. No hay
que temerle, es mejor abrazarla.
Es lamentable la reducida visión de algunos pocos nacionalistas locales que no se dan
cuenta de que si no aprendemos de los errores de los demás, parafraseando a
George Santayana, estamos condenados a repetirlos. Lo esperanzador es que la
mayoría de quienes comentan sí lo han entendido, lo cual me alegra porque no
quiero terminar viviendo una tragedia similar a la que hoy enfrentan los
venezolanos.
Artículo publicado en el diario guatemalteco “Siglo
Veintiuno”, el lunes 3 de marzo de 2014. La fotografía la tomó Jorge Jacobs el
viernes 21 de febrero por la noche, cerca de la Plaza Altamira, uno de los
principales puntos de protesta de los estudiantes.
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