Todo luce tranquilo. En las calles se respira paz. Llegó a su fin la campaña electoral 2011, la cual comenzó recién tomó posesión Álvaro Colom en el año 2008. O, tal vez, empezó antes. Son pocos los días que nos dejan de descanso los politiqueros que ambicionan llegar al ejercicio del poder.
Habemus Presidente del próximo gobierno. Lo más probable es que sea Otto Pérez Molina, que será oficialmente quien esté al frente del Poder Ejecutivo. Un primer mandatario a estrenar el 14 de enero de 2012. Aquel que la mayoría de los votantes consideró la menos peor de las opciones. Yo no soy parte de quienes lo eligieron. Ayer no asistí a ejercer mi DERECHO a voto. Por cierto, me parece mezquina la presión inmoral que hicieron algunos en contra de aquellos que, como yo, no votamos en contra de nuestros valores y principios, que es lo mismo que votar en contra de nosotros mismos. Más aún, sabiendo que la solución a nuestros problemas no se encuentra en el Organismo Ejecutivo.
Es insensato creer que existe una especie de obligación de suicidarse moralmente votando por gente en quien uno no confía. Votando por personas que en su mayoría consideramos, al menos ese es mi caso, los peores exponentes de nuestra sociedad. Y pretender que uno debe elegir entre ellos: escoger los menos peores. Eso no es hacer Patria. Esa es la actitud sumisa de quien ha sido educado como súbdito. Quien aún no ha protestado como hombre libre. Y este, a mi parecer y si se puede decir, es el más destructivo de los suicidios: el que atenta contra nuestro código moral.
Es evidente que el actual mandatario, Álvaro Colom, deja a la mayoría de habitantes del país viviendo es condiciones iguales o peores de como estaban al inicio de su gobierno. Lo que es más execrable: deja a muchos compatriotas acostumbrados a vivir estirando la mano para que se les entregue parte de las dádivas que reparten los gobernantes. Parte del circo para mantenerlos entretenidos mientras ellos, los gobernantes y su círculo de parientes y amigos, se quedan con la mayor parte de nuestros impuestos. En resumen, más personas que se han acomodado dentro del sistema del chantaje y la mendicidad estatal, donde sólo unos cuantos se enriquecen a costa de los demás. Aquellos que se esconden bajo la sombra del poder.
En fin, la moral en nuestro país se encuentra como las carreteras: destruida. Por los suelos y llena de agujeros por todas partes. Llegó la hora de empezar a reconstruirla, como debe reconstruirse Guatemala casi entera. Y esa reconstrucción la debemos hacer nosotros, los mandantes, poniendo en su lugar a nuestros mandatarios. Para comenzar, si es necesario, los debemos forzar a reformar el fracasado Estado Benefactor/Mercantilista que hoy impera en Guatemala, y sustituirlo por un verdadero Estado de Derecho Republicano Liberal. Lo que nunca, a pesar de los intentos históricos que ha habido para acercarse a este, ha existido en Guatemala.
Artículo publicado en el diario guatemalteco “Siglo Veintiuno” el lunes 7 de noviembre de 2011. La imagen la bajé de Internet.
Gracias MYolanda porque con ayuda de tus artículos y tu convicción libertaria muchas más personas pueden al menos tener en la mente la frase de que "el cambio no está en el ejecutivo", aunque no le entiendan (yo aún voy en proceso, pero en principio coincido contigo (: )
ResponderBorrarLibertaria tarde!