8.27.2017

Guatemala Partida




Entre rumores y hechos, Guatemala se partió. ¿Y todo por qué? Por la ambición de poder. La división aumentó entre los rumores que irresponsablemente difundieron periodistas influyentes; la solicitud de Iván Velásquez y Thelma Aldana de un proceso de antejuicio en contra de Morales por “financiamiento no declarado durante la campaña política de 2015”; y la pésima decisión del Presidente Jimmy Morales de declarar non grato a Velásquez y expulsarlo del país.

No cabe duda que Morales está mal asesorado. Pero, al final, el responsable de sus decisiones es él. Poca visión del Presidente y poca inteligencia de quienes le hablan al oído. En el peor de los momentos se unió Morales a la ola de la victimización de Velásquez, cuando su imagen se podía fortalecer por el fracaso de la que se suponía iba a ser una protesta multitudinaria y por su correcta declaración de que respeta las leyes y confiaba en el debido proceso y la objetividad de la justicia en lo que respecta al antejuicio en su contra.

¿Por qué Jimmy? Ya estaba claro que no todos los guatemaltecos aceptábamos sin discutir las acciones de Velásquez y la CICIG, y esto no iba a cambiar por más que convocaran a manifestaciones para apoyar a Velásquez o intimidar a quienes lo cuestionamos. Tarde o temprano Velásquez se hubiera ido, sin pena ni gloria. Ahora, se irá convertido en un mártir para beneficio de los socialistas que ansían llegar al ejercicio del poder para profundizar aún más el sistema estatista e intervencionista que prevalece en nuestro país.

Lo más lamentable de todo es que en Guatemala, a pesar de tantas capturas y aspavientos, la situación no mejora. Al contrario, continuamos en un proceso de destrucción que no sabemos si podemos parar o cómo va a terminar. Peor aún,  si nuestro país se desmorona, aunque no todos lo merecemos, todos perdemos, porque dentro del sistema de incentivos perversos en el cual vivimos, todos pagamos las consecuencias de los errores de quienes falsean la realidad y se dejan manipular.

Muchos olvidaron qué es lo importante y qué deberíamos estar exigiendo a los gobernantes y a todos los burócratas y funcionarios estatales, nacionales y supranacionales. Olvidaron que lo importante es que podamos convivir en paz, en una sociedad donde prevalezca el respeto de los unos a los otros. En una Guatemala donde haya verdadera justicia: que se le dé a cada quien lo que le corresponde.

Más allá de la victimización de Velásquez, las rabietas de Aldana y la inseguridad de Morales y su mandato; más allá de las habladurías, los dimes y diretes, y los errores del Presidente, ¿quién sale ganado con la confusión que reina? "Divide y vencerás", dice el refrán. Mientras, más de nuestros compatriotas, parte de la mayoría indiferente a la discusión política, deciden emigrar. Y la mayoría de la minoría restante, elige ser parte del circo chapín, donde está claro quiénes forman parte de la plebe y quiénes los azuzan. Lo que aún no logro determinar es quién será el ganador de este río revuelto ni dónde vamos a terminar todos, justos y pecadores.


Artículo publicado en el diario guatemalteco “Siglo Veintiuno”, el lunes 28 de agosto de 2017.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario