Es una coincidencia que hoy también uno de los hilos
conductores de mi artículo (como lo fue la semana pasada) sea un trío. La
diferencia es que ahora no está integrado sólo por personas. El mes de julio
que se acaba ha sido un período en el cual varios tipos de bonos han
ocupado parte de la discusión nacional en los medios de comunicación
tradicional y en las redes sociales
virtuales. De estos bonos, el que más
alegría causó a quienes lo recibieron fue el Bono 14. ¿Qué puedo decir al respecto? Que ¡ojalá! lo hayan usado inteligentemente por su propio bien en
el largo plazo.
El más controversial de los bonos, y el que más debate e indignación ha causado, es la
intención de Otto Pérez Molina de legalizar parte de la llamada deuda flotante (compromisos fraudulentos
del gobierno actual y de los gobiernos anteriores) por medio de la emisión de bonos del Estado, la cual debe ser aprobada por el Congreso. Lamento que
varios constructores bien intencionados (no todos lo son) hayan sido estafados
por funcionarios públicos corruptos que deberían estar presos. Pero no por eso
debe reconocerse como responsabilidad del Estado
(entiéndase: del tributario) esa deuda. Ni por medio de préstamos, ni por medio
de bonos, ni de ninguna manera.
Eso sí, quienes fueron estafados DEBEN demandar a aquellos
que los engañaron para que cancelen las cuentas pendientes. Esos ladrones deben
de estar "forrados de pisto",
con todo lo que robaron. Las deudas que fueron legalmente adquiridas, y si los
proyectos fueron correctamente terminados y entregados, deben ser canceladas.
En esa batalla estoy dispuesta a participar como ciudadana y como periodista.
Pero toda aquella deuda que no estaba contemplada en el Presupuesto previamente
a ser contratada es ilegal, y la deben de pagar quienes la adquirieron.
Esta tríada la completa el cantante de origen irlandés Bono
que, por cierto, en el manejo del dinero que ha ganado con sus discos y
conciertos ha sido muy inteligente, hecho que lo ha convertido en un importante
capitalista/inversionista y filántropo. Pero bueno, por motivos desconocidos
para mí, la semana pasada circuló en las redes
sociales parte de lo dicho por el mencionado vocalista del conjunto U2 el
12 de noviembre de 2012 en Georgetown
University (EE. UU.) dentro del marco del Global Social Enterprise Event: “…el comercio y el capitalismo
emprendedor sacan a más gente de la pobreza que la ayuda… aquí y alrededor del
mundo el estado benefactor y la ayuda exterior son sólo Band-Aids [curitas]. La
libre empresa ES la cura”. En Dublín (Irlanda, octubre de 2012) ya había
declarado que “los creadores de empleos y los innovadores SON la clave y la
ayuda es sólo un puente”.
"El espíritu empresarial es la forma más segura de
desarrollo", sabias palabras de alguien que no me atrevo aún a llamar libertario, pero sí un hombre exitoso,
influyente y con sentido común, que es capaz de enmendar sus errores y
reconocer que para superar la pobreza hay que crear riqueza.
Artículo publicado en el diario guatemalteco “Siglo
Veintiuno”, el lunes 29 de julio de 2013.
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