Como es de todos los interesados conocido, Otto Pérez, con 36 por ciento de votos válidos, y Manuel Baldizón, con 23 por ciento de votos válidos, se verán cara a cara en la llamada segunda vuelta de las elecciones generales de este año, programada para el domingo 6 de noviembre de 2011.
Para aquellos que culparon de que haya una segunda vuelta electoral a quienes optamos por votar nulo o en blanco (lo que representa el 12 por ciento de los votos emitidos), les aclaro: aunque todos, como en una indescriptible sintonía universal, en un estado de relajación propio del nirvana, en una comunicación mística incomprensible, en un éxtasis inimaginable, hubiéramos decidido votar por Pérez, cruzando nuestras ideas, contradiciéndonos… de todas maneras, para elegir al próximo Presidente hubiera sido necesario hacerlo en segunda y cuesta arriba.
Por cierto, en lo que respecta al legítimo reclamo que hacen los ciudadanos conscientes sobre el plan de trabajo de los políticos que quieren ejercer el poder (gobernar), tanto el de los mencionados y los de aquellos que lo intentaron, llegué a la conclusión lógica de que dentro del sistema actual (un Estado benefactor/mercantilista, intervencionista, colectivista, o sea, socialista) es casi IMPOSIBLE que existan propuestas congruentes con la realidad.
Lo que podemos esperar es más promesas ilusorias y ofertas populistas. Un torpe malabarismo dentro del circo político de tercera categoría tan de moda hoy en todo el mundo. Actitud que muestra el poco respeto que los politiqueros le tienen a la inteligencia de los ciudadanos.
Al fin, lo único que les interesa es llegar a sentarse en la silla presidencial. Dirán lo que consideren necesario para alcanzar su meta. Por eso, todas las propuestas, sin excepción, tienen un fuerte sesgo estatista que le asigna funciones de "mandante" al "mandatario" y al resto de funcionarios. En lugar de reconocer la realidad, la falsean, intentando hacer funcionar el sistema actual en lugar de proponer cambiarlo para bien. En lugar de adecuarlo a la realidad.
Como escribió Frank Knight en 1943, en su informe al Director General y al Comité de Publicaciones de University of Chicago Press, al referirse al libro “Camino de Servidumbre” de F. A. Hayek: “…primero, que cualquier política que se diga socialista, o de economía planificada, conduce inevitablemente al totalitarismo y a la dictadura; y, segundo, que un orden social así acaba cayendo inevitablemente bajo el control de los peores individuos [de la sociedad]”.
Lo anterior, ¿les recuerda a nuestra nación? ¿A la independiente Guatemala, habitada por una mayoría de gente dependiente del Presidente? Por eso, en nuestro país no andamos ni siquiera en segunda: vamos en retroceso. A menos que cambiemos no sólo de conductores del vehículo, sino del vehículo mismo, la situación poco va a variar. Y este objetivo SOLO se puede alcanzar desde el Legislativo.
MY Molesta y ofende que los políticos piensen que iremos a votar, como borregos al matadero, siguiendo seudo líderes en alianzas. Como dices hay que cambiar el vehículo y los conductores.
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